domingo, 9 de mayo de 2010

CAMINO PEREGRINO: COMPARTIENDO CELEBRACIÓN ESPIRITUAL Y ENCUENTRO LÚDICO.


Tiempo jubilar en Caravaca (Murcia), este año de 2010. Los caminos transitados con esta celebración confluyen en la explanada del templo que guarda el lignum crucis, (dos trozos de la cruz en la que murió Jesucristo) y que, a su vez, se relaciona con la tradición, historia y leyenda medieval, en la que se contiene y perpetúa la aparición de la Cruz de doble brazo, para que el cura Pérez Chirinos celebrase el rito delante del mandatario musulmán, Ceit Abu-Ceit. Cuestión de fe, claro está.

Encontrarse en un sitio inhabitual, con el objetivo compartido del viaje con final previsto y motivado, es ya más que suficiente para justificar la concordia que se produce en estos casos entre quienes quieren acompañarse. Muchas personas, con diferente motivación y desplazándose de heterogéneas maneras, quieren participar del año jubilar y acuden a Caravaca desde cercanos o lejanos lugares, de forma individual, en grupos o en colectivos que se convocan y congregan para esta ocasión.

Como en todo viaje que se envuelve en sugestivo reclamo y algo de fascinación, diversos factores contribuyen para compartir el tiempo de camino, la llegada al templo, la estancia y el regreso. Así, se genera buen humor en el punto de encuentro antes de la partida, donde saludos y conversaciones brotan espontáneas y alegres, con la suave excitación que produce disponer a acompañarse en un acontecimiento, donde se hacen cálculos y cábalas de cuándo se alcanzará la culminación, avistando en la lejanía.

Se inicia la ruta. Los pasos son próximos en ritmo. Santiago Delgado hace despliegue de su enorme acervo cultural; en esta ocasión, centrado en las indicaciones históricas, haciendo de guía bien informado, con sus comentarios a los hechos y las referencias literarias: todo un lujo, más allá del entretenimiento, que contribuye decididamente a este itinerario cultural y espiritual.

El sol del mediodía, el calor y los primeros síntomas de cansancio ocasionan que los caminantes lo hagan a distinta velocidad, José Antonio, Encar y Marina con paso enérgico y mantenido van abriendo sendero. A Santi, incansable hacia delante y volviendo, -creo que ha hecho camino doble-, Rosa y Toñi con la sonrisa permanente y el comentario de que ya falta menos. No sé quién se lo pasa mejor, pues todas y todos nos lo pasamos bien.

Así se va formando fila en gradación al ritmo personal de cada cual. Las conversaciones bajan de tono y se concentran en dúo y tríos. También aparece el silencio reflexivo, o de pausa; se escucha el eco de los pasos. De vez en cuando, aprovechando una sombra, se descansa y se reagrupa.

El “camino”, por tradición europea y magnitud histórica, es el que conduce a Santiago de Compostela. Pero este de Caravaca tiene cada vez más importancia y relieve. En esta ocasión, se han desplegado información y llamamiento por instituciones religiosas, políticas y comerciales. (Aún así, -culparemos a la ‘crisis’- podría señalarse significativas deficiencias organizativas que no son solucionables sólo con buena voluntad y servicial disposición).

Así se forjó en el centro de trabajo y decidimos recorrer un sendero, caminando desde Cehegín a Caravaca por la ‘vía verde’. (Que no es tan “verde”…, pues aparecen vehículos a motor, incidiendo en la marcha de los peregrinos). A la convocatoria sólo pudimos acudir ocho, pues la coincidencia con otras tareas, o la aparición de algún imponderable, no posibilitó la concurrencia completa.

Llegamos a Caravaca. Cruces, banderas y gallardetes hablan de que la ciudad está de fiesta. Pasamos junto al monumento a los caballos del vino y culminamos con la subida al castillo y al templo, tras varias curvas que irradian un aire subliminal. Santiago sigue ofreciendo sus documentadas y amenas explicaciones.

El camino se ha hecho con llameante luz que se derramaba sobre el lugar. Hemos ganado el jubileo.

Hay que reponer fuerzas. Vamos al paraje de las Fuentes del Marqués, donde se considera que san Juan de la Cruz se inspiró y escribió, entre otras composiciones poéticas, aquella del “la fonte que mana y corre”.

La conversación distendida mientras el alimento se presenta como necesario placer, comentando las anécdotas del camino, hace que se recupere el alegre bullicio de las palabras que hablan de impresiones; se va relajando la mente y el cuerpo.

Tras el café, vamos a los coches, donde se pone punto final a este tiempo compartido que ha sido grato. Siempre queda un poso de nostalgia y ganas de volver.

2 comentarios:

  1. Muy buena tu crónica, Juan. Distendida y afable, como fue el asunto. Has dado con el espíritu que allí hubo.
    Enhorabuena, y muchas gracias.

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  2. Hola Juan. Crónica preciosa, muy personal. Gracias por compartirla. Me presento: soy José Luis. Son muchos los peregrinos que están recorriendo cualquiera de los Caminos de la Vera Cruz. Obviamente queda mucho por hacer, pero la fe mueve montañas y también caminos. Empezamos a acostumbrarnos a ver gente cargada con sus mochilas entrando a Caravaca desde el Camino del Apostol, desde el Camino de Andalucía, Camino del Alto Guadalentín o el Camino de los Valencianos. Entre todos los peregrinos que ya hemos recorrido cualquiera de estos senderos y los que están animándose hemos creado varias páginas web que sirvan de apoyo y plataforma para contar sus experiencias o planificar las diferentes etapas (albergues, restaurantes, experiencias, fotos...)
    Sería un privilegio que formaras parte de nuestro grupo. Si te interesa, te paso aquí dos enlaces:
    http://caminosdelaveracruz.espana-foro.es/forum.htm

    TAMBIÉN EN FACEBOOK: http://www.facebook.com/#!/group.php?gid=10150095923460623

    GRACIAS JUAN
    JOSÉ LUIS

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