domingo, 22 de mayo de 2011

SI SE MUEVE, MOVERÁ TODO LO DEMÁS. UN CAMINO LARGO DEL PESIMISMO AL ALIENTO Y LA ESPERANZA.

Para comenzar, expreso mi preocupada alegría y la esperanza en este movimiento pacífico. Es un momento sencillo y poliédrico a la vez: sencillo y contundente, porque hay más que sobrados motivos para la indignación. Y complejo porque no sólo se trata de jóvenes –que son los que mayoritariamente se manifiestan-, que han nacido en democracia. Y a ellos se unen personas de todas las edades, que sí conocen el silencio y la censura, el miedo. Y que también están legítimamente indignados.
Los acampados no tienen miedo y sí decisión. No sólo se trata de poner en evidencia la mortecina vida política y su escasa sintonía con los ciudadanos, no sólo se trata de rebelarse contra la economía, la forma de abordar la crisis y el poder omnímodo que poseen y que nadie les ha otorgado a los llamados “mercados”,… Ni lo que dicen algunos relevantes medios de comunicación, que hablan/escriben como si poseyeran la verdad incuestionable; - y a quien nadie ha elegido para que ejerzan ese poder manipulador-.

Porque lo que se desprende de los integrantes de las acampadas, concentrados en las plazas de las ciudades de España, es de que, en paz y con decisión, con claridad, millones de personas puedan expresarse y mostrar, en la práctica, sus pretensiones de participar en vida social y política desde otros presupuestos, y su exigencia de ser tenidos en cuenta, a la vez que vapulean y dejan en evidencia el actual sistema político y de representación.
Los partidos políticos se inquietan: el fenómeno que supone este movimiento queda fuera de su control y no hay acceso, de momento, a discutir o negociar con los manifestantes. Y a tales partidos no debería de cogerles por sorpresa, porque se viene expresando en hechos y muestras de la aversión, el desafecto y el rechazo creciente a sus métodos y a su no represe
ntatividad, que está manos de “los mercados”: “Rey don Sancho, rey don Sancho, / no dirás que no te aviso…” Primero se consideró que no había razones para la protesta y la rebeldía (“se ha vivido por encima de las posibilidades y, ahora, a callar”). Y, en vez de ponerse a reflexionar los propósitos, -porque no hay programas, que llegarán, en breve-, han intentado desacreditar a los revolucionarios, sin conseguirlo. A pesar del ruido mediático para descalificar –y aprovechar para culpar al gobierno y dar argumentos para mantener a sus simpatizantes-votantes, (medios de comunicación y periodistas profesionales del exabrupto, la descalificación), que viven en la paranoia de la conspiración (no siendo verdad, está bien construida y cala en amplios sectores; podemos recordar la “conspiración judeo-masónica” que como un espantajo exhibía el franquismo; y ahora siguen esos pasos, pero ‘mejorados’ por los avances de los medios de comunicación y porque hay muchísima gente a quienes les encantan los relatos de ciencia-ficción bien construidos).

Lo que escriben y gritan los concentrados es mucho más interesante para la ciudadanía que lo que dicen los partidos políticos -éstos deberán adaptarse, renovarse-.
Duren lo que permanezcan, es un aldabonazo estruendoso que no deja a nadie indiferente y tiene y tendrá consecuencias.
Y ahí están.
A los planteamientos y exigencias del Movimiento 15-MDemocracia real’, (más allá de aquel lema del mayo del 68 francés: “Seamos realistas, pidamos lo imposible”, lo que ahora se pide es posible. Otra cosa distinta es que se pueda hacer inmediatamente), de participación democrática, de que haya futuro, trabajo y vida buena, con valores. Los indignados saben lo que no quieren –es su punto de partida- y también aspiran a lo que quieren. Más allá de la aparente ingenuidad, los asistentes se organizan, forman comités, -hay, indudablemente, personas preparadas detrás y delante de esto, pertenecen a la mejor generación de españoles-, y sus concentraciones funcionan como una sociedad plural, ordenada y participativa: es la propuesta de un pretendido modelo que debe ser, cuando menos, considerado. Se están sumando intelectuales que aportan fundamentación al movimiento. Quien ha escrito “¡Indignaos!” (http://conspiraciones.blog.com.es/2011/02/16/texto-integro-de-indignaos-de-hesse-10607025/) es Stéphane Hessel, que es además un luchador de la Resistencia francesa, uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, con prólogo de José Luis Sampedro, economista y escritor, uno de los redactores de “Reacciona” (http://www.blogger.com/(http://www.librosaguilar.com/es/libro/reacciona/)) son personas de indudable talla intelectual. Es una ayuda a la permanencia y proyección futura.
¿Seguirán las cosas igual? Quiero creer que no.
• Porque se ha expresado en libertad, públicamente y en voz alta la inconformidad y la necesidad de futuro en democracia.
• Porque se reivindica la honestidad, la lealtad y la ética.
• Porque se sabe y se siente que el afán de ganar dinero llega hasta el fraude y el engaño, poniendo en serio peligro el futuro, la convivencia y la vida.
• Estos sueños alcanzab
les fecundan de ideas y acreditan la práctica social y política en libertad y participación.
Queremos creer que otro mundo más justo es posible a corto plazo y no sólo es un bello e ingenuo sueño.
Seguiremos hablando.

domingo, 15 de mayo de 2011

NOCHE ‘BLANCA’ EN CARTAGENA: DE LIBROS Y LECTURAS; DE MUSEOS Y CONCIERTOS; DE VIOLINES, LUNA Y LUZ.

Acudo, una vez más, a Cartagena en la noche de los Museos, en el marco de la edición cultural del “Mucho más mayo” cartagenero.
Impresiona la gran cantidad de personas que pasean y llenan calles y plazas, bares y explanadas, museos y conciertos al aire libre.
Hubo que elegir: en cinco horas de estancia en la ciudad portuaria, -hay que reconocerlo-, no se puede abarcar la impresionante oferta de actividades y de lugares que visitar. Hay que dosificarse, y cada año establecer el “¿qué ver y a qué asistir?”, y en unas cuantas ediciones…
De las incontables caras que ofrece el poliedro cartagenero, sólo podemos situarnos en unos pocos vértices:
Tras un breve paseo, impregnándose del ambiente de las calles repletas y de los escenarios dispuestos, comenzamos con la presencia en la librería “Escarabajal”, de la calle Mayor, para un filandón literario. Diversas lecturas, que comenzó María Dueñas, (“El tiempo entre costuras”), siguieron otros leyendo, interrumpido el silencio por el estrépito de apertura de las botellas de cava con que se obsequió a los asistentes. Destacamos la singular presentación del libro de Isabel Mellado, El perro que comía silencios: la propia autora leía fragmentos y, a continuación, interpretaba breves piezas con su violín. La presentó la escritora y psicoanalista Lola López Mondéjar en diálogo con el editor Juan Casamayor, de la editorial ‘Páginas de Espuma’ y con la autora.
Salimos de la librería y a la calle, porque, aunque estábamos bien, el tiempo avanzaba y se consumía: había que comer algo para seguir y resistir la noche.
Los bares, (destacamos “La Catedral”, recientemente inaugurado), restaurantes y cafeterías estaban a rebosar. Por lo que hubo que tomar sólo una cerveza con tapa, ya que la espera para más pitanza podría restarnos sensiblemente de asistir a más sitios.
La cola de espera para entrar al museo y anfiteatro romanos disuadió de colocarse. Otra vez será. La feria de arte en el ático del hotel NH cerró antes de las doce. Las filas se repetían frente a todos los museos, centros expositivos y espacios públicos.

En la puerta del ayuntamiento, un concierto de la orquesta de cámara de Cartagena. Pero hay demasiada gente, que habla e impide escuchar con agrado lo que allí se interpreta musicalmente.

Claro de Luna.
Decidimos explorar otros sitios. La Luna, en lo alto, en fase avanzada de creciente, ilumina las calles, compitiendo con el alumbrado, pero poniendo un perfil y aire sugestivos.
De camino hacia el MURAM, por calle Cuatro Santos, llama la atención que un grupo de personas mira en silencio hacia dentro de una calleja-rincón (calle del Mico). Al acercarnos, oímos un violín y un piano, llenando el aire de sonidos amables, de fragmentos conocidísimos y pegadizos de música clásica. Se ha creado un ambiente intimista y dulcemente acogedor, que se paladea junto con las galletas dulces que ofrecen en ese lugar. Suena Beethoven, en su ‘Claro de Luna’.

La exposición del MURAM es sobre “pasajes del cuerpo contemporáneo”. La creación artística en torno al cuerpo humano, lugar de la experiencia. Obras de creadores y artistas de renombre y fama (Salvador Dalí, Tàpies, Genovés, Valdés,…) ocupan las salas. El trabajo estético, visto desde diferentes enfoques, es para deleitarse tranquilamente, pero se rebasa el tiempo.
Volvemos por la calle de los Refugios, donde la gente espera acceder al ascensor. Subido en una grúa, un muchacho pinta grafitti en las paredes.
Llegamos al puerto. El buque más grande de la Armada española, el 'Juan Carlos I' está, con todas las luces encendidas, en el muelle de La Curra.

Un concierto de música juvenil y moderna junto al Arqua, donde hay una ingente masa de jóvenes y no tanto.

La presencia solidaria con Lorca, tras el terremoto, era evidente en la recogida de donativos en todos los lugares: 'Cartagena, con Lorca'.

Eran más de los dos de la madrugada: había que regresar a Murcia। Lo hacemos con la consciencia de que hemos disfrutado de la noche de los Museos, pero que ha quedado mucho por ver: consideramos que aplazado en gustosa espera, hasta el año que viene. Pues, como dice Tolstoi: "La felicidad consiste no en hacer siempre lo que se quiere, sino en siempre haber querido hacer lo que se hace”.
Y a Cartagena hay que ir.