lunes, 29 de junio de 2009

…Y TE HAS IDO: ¿DÓNDE ESTÁ EL GUIÓN PARA VIVIR TU RETIRADA?


Querido Antonio:

Permíteme que te deje aquí, como testimonio, que somos muchos quienes no entendemos y cuesta mucho aceptar que, así, sin más,… te hayas ido. Y sólo señalaré alguna cuestión de entre las muchas que venías desarrollando, -sería interminable la lista-, ya que, como asesor técnico y responsable, en la Dirección General de Promoción Educativa e Innovación, y con los Centros de Profesores (CPRs), ¡…hay que ver la cantidad de asuntos que llevabas! Y con qué dedicación, entusiasmo y control.

Quienes te han tratado en el trabajo y en la relación personal y cercana, saben, sabemos que no es tu estilo irse así, porque siempre has ido un paso por delante, escuchas y aguantas hasta el final y también después. Por eso el impacto es fuerte al igual que el dolor, porque tú que lo piensas, llevas y trabajas todo, no nos has avisado de tu partida. Y te has ido. Por eso, te decimos, sin reñirte, que partir tú solo, de este modo ¡…eso no se hace!

El dolor de tu esposa, de tus hijos, de tus padres y de tus hermanos no tiene medida: te conocen bien, porque además del innegable cariño, te han tenido muy cerca y saben de ti, de tus desvelos familiares y del cumplimiento de tus obligaciones.

También hay dolor en la amistad y en quienes han compartido trabajo contigo, en la exploración de nuevos horizontes, de adecuaciones a los tiempos y a las instituciones, del uso y aplicación de tecnología y de nuevas formas. De tantos frentes abiertos que has dejado sin cerrar…

En una ocasión, hablando de asuntos laborales y de la cantidad de horas que le dedicabas más allá del horario fijado, te mostraste reacio a admitir cualquier halago por tus tareas:

- Las cosas hay que hacerlas, y cada cual en el sitio en que le toque. Esto es sólo un trabajo, -decías.

Hay personas que señalan y resaltan, entre otras, dos características muy tuyas. Una, la enorme capacidad de trabajo con abnegación que has desplegado para buscar resultados óptimos de los objetivos de la institución; y la otra es que no has sido indiferente a nadie: o se te quiere y reconoce, o se te objeta y cuestiona, pero tus propuestas se han estimado todas, tanto por quienes las han aceptado como por quienes las han recusado. Sin que haya nadie que te haya ignorado. Y de ahí surge la tercera característica: seguir adelante, sin desaliento, creyendo en lo que haces y con optimismo razonable no utópico. Ese eres tú, Antonio.

Ejercías de mediador con vocación, desplegando y procurando que fueran prácticas las directrices oficiales, lo que da un valor extremo a tu entrega verdadera. Y te has ido,… con la discreción que también te caracteriza. Y nos has dejado interrogantes y vacío. Tú que, en la buscada y perseverada calidad de las actuaciones y de la ordenación de actividades mediante catálogo, -por señalar dos asuntos- buscabas y tenías respuestas y salidas -gustaran o no, convinieran o incomodaran- para las dificultades y los obstáculos que iban surgiendo,… nos privas de tu accesibilidad: y se nos quedan aquí las preguntas, de todo tipo.

Y te has ido, extrañamente, porque no nos explicamos como no has podido mantener el pulso contra el destino.

Seguramente has acudido a la llamada de alguien, en otra dimensión vital, que desde aquí no acertamos a definir ni describir, para que planifiques y te atrevas a proponer métodos y soluciones a algún problema organizativo y de alcance de resultados que por allí tengan, porque han sabido de ti, que tienes claves para marcar nuevos caminos y los recursos: te han llamado unas voces comprometidas con la realidad y tú has acudido sin resistirte.

Porque, eso sí, los envites y las incitaciones nunca los has rehuido. Por eso sé que habrás empezado a pensar en las nuevas tareas, sobre todo ya estarás diseñando el manual del que deben disponer los nuevos que lleguen por donde tú estás, para que les sea más fácil la adaptación al nuevo entorno al que te has ido y en el que seguro que estás por ayudar con agrado a aquellos que se inicien en el nuevo oficio. Aunque desde aquí te decimos que descanses activamente, todo lo que puedas, porque seguro que te encargan cosas que no serán nada fáciles de resolver. Y que, ahora, sin plazos y sin prisa, hagas lo que quieras y practiques todos tus deportes favoritos.

Pero que sepas que nos has dejado desarraigados en el camino. Y ahora nos toca enfrentarnos, desde la propia conciencia, a las precariedades de la realidad. Porque lo cierto es que para andar estos caminos de la institución se precisa disponer de un repertorio de ideas claras, que aquí nos dejas. Tenemos que abrir bien los ojos y tener el alma en vela, tomando de ti, cada cual como pueda o como quiera, los ejemplos que has sembrado, desde tu mirada personal.

La institución y tus compañeros y compañeras, muchos de ellos amigos, te tienen presente. Por ser quien eres y por tu inquietud coherente con toda tu labor, porque desde el principio preferiste buscar, con tus preguntas y tus desvelos, en el territorio donde alcanzar lo conveniente y lo mejor, en vez de refugiarte bajo el estricto cumplimiento y la comodidad ordinaria.

Tu lejanía y la evidencia de que nos dejas, debe invitarnos a retener tu aliento y reconocer lo que de calidad y de verdad humana hay en tu trabajo.

Donde quiera que estés y lo que hagas, seguro que lo llevarás con dignidad y siempre nos echarás una mano.

Lo sabemos. Aquí nos tienes.

martes, 23 de junio de 2009

DESEOS EN LA NOCHE MÁGICA DE SAN JUAN, 2009




En la Noche de San Juan, con renovadas fuerzas y más deseo que nunca, no sólo vamos a saludar y recibir al verano –que en sí ya es un buen motivo- sino que, en esta ocasión, hemos de conjurar que sea el tiempo de traspasar la frontera, para dejar atrás los agobios y desesperanzas de las crisis; y acceder a un nuevo dominio en el que se comience el itinerario de una renovada individualidad universal: la elevación del ser humano que somos y que aspiramos a conseguir, en un nuevo marco donde la globalización –o mundialización- esté más allá, ¡ay!, de lo económico.
Gobernantes, sindicatos, partidos, entidades,… y otros colectivos socioeconómicos deben de tener la preocupación de habilitar soluciones para superar las crisis que ha producido una desbocada economía: los dramas del paro laboral y la pobreza evidente a la vista de todos, las dificultades del acceso al empleo y al dinero, a la vivienda y su pago, y a otros bienes de necesario consumo.
De todo esto se habla y se discute mucho, sin claros resultados ni propuestas, salvo la de sufrir las palabras como arrojadizas piedras de afiladas aristas para una enajenada transferencia de culpas y responsabilidades sin acuerdo. Y que acaba anestesiando al ya macerado cuerpo social con tanto golpe sin dirección.
Y, además, asistimos con suma perplejidad de ver a los nuevos pedigüeños (y no me refiero a los que pueblan las puertas de las iglesias o las esquinas de mayor tránsito). Hablamos de los reclamantes de generosas ‘limosnas’ millonarias en euros: bancos, fabricantes y concesionarios de automóviles, empresarios de los más variopintos negocios, ¡hasta los constructores!, que piden -¡exigen!- a las administraciones públicas que derramen lluvias millonarias sobre sus actividades y comercio, se les perdonen deudas y se les baje impuestos. Para todos ellos, que en épocas de bonanza y liberalismo económico dispusieron de bienes y capital, quieren ahora los dineros del contribuyente, para lo que ponen cara de buenos empleadores y salvadores y piden protección (todo lo contrario de lo que significa el liberalismo económico).
Pero este es, digamos, lo más visible y espectacular, sin dejar de ser lamentable y preocupante. Hablo de crisis, en plural. En las depresiones socioeconómicas, los efectos son plurales y no están aislados. Asistimos a la crisis de diferentes manifestaciones de lo que llamamos “cultura”. El libro, el cine, la música, el teatro, el arte,… muestran sus huecos, carencias y caídas. Una sociedad, cuando se deprime, lo hace en todo. Incluida las crisis de valores que, seguramente, ya no se volverán a recuperar, tras el “todo fácil, sin esfuerzo” y el “todo gratis”, que han arrasado con el esfuerzo mental y físico para conseguir algo.
Seguramente no haya crisis para psicólogos (clínicos y sociales), porque a ellos les será confiada -¡ay!- la ‘reeducación’ de padres e hijos.
Por todo esto –y más aún por lo que todos pensamos y vemos- habrá que encender y alimentar, en esta noche mágica de san Juan, las hogueras del fuego purificador, -que no de la inquisición-, al que entregar símbolos y alegorías de los malestares que nos acorralan en esta época.
Indico como metafórico ejemplo lo que ocurre en el pueblo de San Pedro Manrique, provincia de Soria: En la noche de San Juan, se realiza el conocido Paso del Fuego, en el se enciende una hoguera y sobre sus ascuas, los naturales del pueblo se descalzan y con sus pies pisan las brasas incandescentes dispuestas a modo de alfombra, pero de un modo determinado, sin quemarse las plantas de los pies, y la mayoría de las veces con alguien a cuestas.
Que cada cual vea en esta referencia lo que le sugiera, desde la propuesta de pasar por las ardientes dificultades con decisión y determinación, como personas decididas a superar las crisis que singularmente afectan a todos.
Y que al atardecer del 23 de junio arroje a la hoguera los malestares, los pesares, las injusticias y las incomprensiones. Porque no se construye el futuro con los materiales de un pasado caduco ni de un presente apesadumbrado, ya que se han mostrado ineficaces. Hay que querer que todo mejore, por lo que se necesitan personas y materiales de calidad excelente y duradera.
Y traspasada la medianoche, realizar los simples rituales, conjuros y queimadas que ilusionan para mejorar la vida, buscando el trébol de cuatro hojas con velas de colores, y otros ritos ancestrales, que conmuevan a las poderosas energías solares para que actúen positivamente.
No digo más. Por respeto escrupuloso al espacio de cada cual, en la individualidad universal para pensar, decidir y caminar. Con una llamada a lo mágico en el “ROMANCE DEL CONDE ARNALDOS”
Quién hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar,
como hubo el conde Arnaldos
la mañana de san Juan,
yendo a buscar la caza
para su falcón cebar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar
las velas trae de seda
jarcias de oro torzal
áncoras tiene de plata
tablas de fino coral
marinero que la guía
diciendo viene un cantar
que la mar ponía en calma
los vientos hace amainar
las aves que van volando
al mástil vienen posar
los peces que andan al fondo
arriba los hace andar.

Allí habló el infante Arnaldos
bien oiréis lo que dirá
"Por tu vida el marinero
dígasme ahora ese cantar
"
Respondiole el marinero
tal respuesta le fue a dar
"Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va
"

miércoles, 3 de junio de 2009

CUATRO MÚSICOS TOCAN CON INSPIRADO SENTIDO



Hay espacio para la llamada "música clásica" sin que esté recluida en salas de concierto. (Hace pocos días tuvimos el ejemplo muy agradable de los alumnos del Conservatorio Superior, en diferentes plazas y calles de Murcia; porque los profesores y los cercanos responsables son conscientes de que está en juego, y no es poca cosa, el lugar de la música, de ciertas músicas. Y de su inclusión, práctica y desarrollo en todos los centros docentes). Sabemos, y queremos creer, que existe un futuro para la música, que cada día ha de reinventar su función social. Existe la obligación de mantener por prestigio la música y su actividad que, en algún caso, alguien la puede calificar de ornamental. El mundo de la cultura es una fuente de riqueza, no sólo por las múltiples Artes sino de índole económica. El ejercicio de la música genera considerables niveles de ocupación laboral, por lo que es fácil deducir la repercusión de la industria cultural en la sociedad. Sin ánimo comparativo alguno, de forma habitual, si se quiere, se puede escuchar, solo algunos días a la semana, algo diferente a todo aquello que conforma la memoria musical de la música en la calle. La ocasión está en coincidir con los cuatro músicos, a los que dedico la última entrega (por el momento, hasta que surja un nuevo estímulo) de esta serie centrada en la música que escuchamos al pasar por determinadas calles del centro de la ciudad. Salimos a la calle de incógnito, como ciudadanos anónimos que atendemos a diversos quehaceres y, entre otros estímulos, podemos ver comprobar al paso cómo tocan los cuatro músicos que forman un conjunto y que suele ubicarse en la calle Trapería. (Ahí los tenemos en la fotografía No son un cuarteto porque es habitual y extendido entender por ‘cuarteto’ a un conjunto de cuerda o de metales, por ejemplo. Pero si no hemos de llamarle a este de hoy, así, podremos decir que es un conjunto de cuatro músicos). Delante de un sórdido fondo de pared y de persiana metálica pintarrajeadas por los insensibles grafiteros que operan por la zona, estos músicos desgranan sus interpretaciones de música conocida popularmente, como “Moon river” o “Carros de fuego”, que alternan con piezas de Mozart y Vivaldi। Es comprensible que pongan en el aire callejero las músicas conocidas y pegadizas, porque lo que tratan es de que se les vea y se les oiga, que la gente se fije en su cartel y, quien pueda y quiera su concurrencia en una celebración, que pueda llegar a un acuerdo económico. Se puede notar que estos músicos llevan tiempo en el tajo y más de una vez les habrán hecho un acuerdo de actuación –de forma verbal o incluso firmando un documento-. Esto es algo que sucede a quien se inicia o que lleva tiempo en este ámbito profesional. Mientras, tanto, el estuche del violonchello está abierto a las posibles monedas que dejen algunas de las ambulantes personas que acierten a pasar por su lado, porque, eso sí, es un acierto escucharles en su utilización de los recursos expresivos, porque se evidencia que respiran cultura musical y la ponen en la calle. Representan un ejemplo destacable de interacción fecunda entre cuatro amantes de la música, y algún pintor se podría sentir poderosamente atraído por plasmar en lienzo la escenografía de este conjunto, donde siembran y recogen notas como espigas doradas.

MÚSICOS CON ALGÚN TALENTO Y MUCHAS HORAS. El CASO DEL BÚLGARO METHODY.

En otra página señalo las diferencias entre músicos callejeros con formación y otros que, sólo utilizando desgarradamente un instrumento musical, practican una forma de mendicidad-oficio.

Pero creo que hay que matizar y actuar con cierta búsqueda de equidad. Me refiero a dos músicos que poseen un buen oído aunque es algo irregular su interpretación. Todos son figuras vivas del paisaje urbano de esta ciudad.

En primer lugar, hay un hombre que canta canciones populares de algún país del este a la vez que mal se acompaña con una guitarra. Por tanto, de éste sólo señalar la calidad de su potente y no educada voz, que ofrece directamente sin medios amplificadores. Llama la atención su entrega a la canción, que derrama con evidente sentimiento y con seria expresión de su cara.

El otro es Methody, un búlgaro que toca el acordeón pero que se le nota que ha observado y mimetizado las formas y puesta en escena de los acordeonistas del Sena parisiense, con su boina ladeada y su sonrisa abierta para todos los transeúntes. Ha trabajado en alguna película, que él mismo se encarga de explicar –si se le pregunta- por qué le llamaron. Un hombre libre que suele definirse como marginal. Pero no lo es porque, para él, hacer música es una especie de ritual diario.

Observo su perfil de duende de obra shakesperiana, o de diablo amable y creo adivinar que lo protege un cierto aire bueno. Le he visto actuar en una boda a la que asistí y aseguro que, tras breves descansos para reponer fuerzas, estuvo atendiendo las peticiones de los asistentes al acto, mostrando aceptables interpretaciones de diferentes canciones conocidas y populares, a las que les sumó las suyas propias, así como diversas improvisaciones.

Se le advierte que domina el acordeón y su música característica. Se le supone estudio y, sobre todo, mucho oído musical.

Claro que también recoge contribuciones en moneda. Y el caso es se ve su estuche con mayor recogida que otros. La verdad es que mirar y escuchar a Methody en el acordeón es todo un espectáculo y se nota su presencia en donde quiera que se ponga. En tiempos de crisis uno de los grandes refugios es la música. Y si nos acompaña por la calle, se acoge con agrado. Y hablo de este otro músico, al que la música le hace más fuerte para aguantar la intemperie y la búsqueda del pan diario. Se sabe que hay que producir mucho para rentabilizar y mantener un puesto en la calle. Porque hacer música es un acto de libertad.

MENDICIDAD Y… ¿MÚSICA?


En esta página de hoy –retomando la serie de “Rumores musicales en la calle”- no se trata de ofrecer calidad musical, sino indicar que podemos observar que en la calle se utiliza algún instrumento musical, exprimiendo ruido y algo que se pudiera parecer a ‘música’, porque todo vale, desde hace tiempo, para pedir dinero a los viandantes. Nos encontramos ante la mendicidad que utiliza ¿sonidos? de un instrumento musical: un violín, un acordeón, una guitarra,…

Pero no todos quienes reclaman la atención de quienes pasan son iguales en su reclamo.

Estos quienes se ven en la fotografía practican directamente la petición de limosna. Y no es probable que caminen de la mendicidad al éxito, recogerán algunas monedas para seguir subsistiendo. Supongo, pero lo ignoro totalmente, que pertenecerán a una organizada estructura que les asigna lugares en la ciudad y les controla la recaudación. (No es objeto de este comentario entrar en la pobreza, sus causas y remedios, ni llamar la atención sobre un ejercicio de caridad, sino del uso de la música en la calle según con qué fines).

Hay, existe una imperfecta y delgada línea que separa a los mendigos de otros músicos callejeros.

La mujer ucraniana que toca el violoncello, en solitario, a la puerta de la iglesia de santa Catalina, o el cuarteto de la Trapería, -también de países del este europeo-, tienen abiertos sus estuches guardainstrumentos para recibir los óbolos de quienes tengan a bien depositarlos, probablemente con la intención de completar los escasos ingresos de su trabajo como inmigrantes, pero es que ofrecen sus servicios musicales: los del cuarteto acudirán a celebraciones si se les contrata, y la ucraniana da clases a jóvenes que así lo quieren. Sus instrumentos suenan afinados.

Los de la foto, y otros hombres y mujeres acordeonistas que se reparten desde el Arco de santo Domingo hasta la plaza de Belluga, no se ofrecen a enseñar a otros o a deleitar en fiestas: sólo esperan la moneda; y, en algún caso, la exigen.

Efectivamente, todos esperan el dinero. Pero las diferencias entre unos y otros pueden estar en esa garantía que unos ofrecen de poder participar con cierto éxito en ceremonias y acontecimientos y los otros no. Aunque apunto a que la verdadera distinción está en que unos ofrecen delicadeza y cuidada interpretación, un trabajo armónico que apunta a calidad, aun considerando las limitaciones de la actuación en la calle. Y muestran que tienen una formación musical. Pero no tienen cabida en un mundo en crisis y lejano de sus lugares de origen con aún más crisis.

Y los otros, no. Porque esta característica no la poseen los pedigüeños del violín y del acordeón, pues buscan subsistir en medio de la misma crisis…, pero de otra forma, -quizá como única alternativa-, como sea. No son músicos.

lunes, 1 de junio de 2009

MURCIA SE ACUERDA DE LA VIRGEN DE LA ARRIXACA



Este año, Mayo ha cerrado un ciclo completo de festividad. Comenzó, tras el canto de los mayos, con el día de celebración del Trabajo, y ha concluido en domingo, día 31. ¿Qué se celebra en Murcia el último domingo de mayo? La festividad de la antigua patrona de la ciudad, Nuestra Señora Santa María de la Arrixaca. La talla de madera policromada de la virgen pequeña -del románico final- representa a la nombrada por el rey Alfonso X el Sabio patrona del Reino de Murcia, recorrió ayer las calles próximas al templo de san Andrés. Se pudo escuchar la cantiga 169, dedicada a esta advocación mariana. Observamos que se va revitalizando esta celebración, tanto por los vecinos y los Caballeros de la Arrixaca, así como hemos podido ver que se han sumado mesnadas y kábilas de moros y cristianos. Pues ambas tienen cabida, ya que la ocupación de Murcia por el rey Sabio fue pacífica, tras lo acordado con los sucesores del último emir árabe. La antigua patrona de Murcia se paseó, sentada sobre su trono y en sus rodillas la figura del Niño. Al ser domingo de mayo finalizando, caluroso, no había mucha gente en la calle para ver el cortejo, pero quienes sí estaban, -como el académico y cronista Luis Lisón Hernández http://miradordealguazas.blogspot.com/2009/06/fiesta-santa-maria-de-la-arrixaca.html – pueden dar testimonio de una celebración que, probablemente, vaya creciendo y reuniendo cada vez a más murcianos. Dependerá de las personas, de las apreciaciones en los momentos históricos, de su nuevo arraigo en la población.
Lo que sí es cierto es que representa y es una fundamental seña de identidad en la historia de Murcia. Y vivimos tiempos de recuperación de patrimonio, de historia y sociedad, con lo que los actos en torno a la Virgen de la Arrixaca pueden convertirse en un referente importante para Murcia.