domingo, 27 de enero de 2013

FILOSOFÍA, ¿PARA QUÉ?


Puede que se lea como una interpretación que se ayuda de una frase, (nunca una caricatura). En 1920, el intelectual, profesor y militante político, Fernando de los Ríos viajó a la URSS a estudiar las posibilidades la Internacional Comunista. Allí se encontró con Lenin, a quien el español le preguntó sobre cuándo el régimen bolchevique mostraría la libertad para los ciudadanos. El ideólogo soviético le respondió con otra pregunta: “¿Libertad para qué?”.

Es que, quien piensa, propone y razona alternativas para el mejor estar de los humanos. Por eso no emociona la libertad a los dirigentes.

En estos tiempos donde lo que parece que no hay alternativas a través del saber, y que sólo se puede atender a las pesadas losas del ‘déficit’, de la ‘prima de riesgo’ (‘prima’… ¿de quién?), de la corrupción en muchas esferas; de los ‘recortes’, de familias completas en paro, de sobres que contienen dinero malsano para cargos políticos y quienes trafican con la confianza de los votos ciudadanos,… hombres y mujeres sin trabajo, personas dependientes sin ayudas, con cada vez menos atención sanitaria y con la educación manipulada,…

¿Tiene sentido estudiar y prepararse a fondo, disponer de un excelente currículum, si luego no interesas a los contratadores, -que buscan pagar sueldo de sirviente por un trabajo especializado-, porque la formación contiene y da paso a ideas que mejorarían y, posiblemente, superarían lo que piensa el empresario, sin que eso supusiera más costo?

Hay que resistir y avanzar, cuando a lo humano lo van deshabitando, cuando se vive en el desconcierto de cada día... ¿a qué viene preguntarse por la presencia activa de la Filosofía en la Educación? ¿Es que no conviene que las personas piensen, tengan ideas y las llevas a la práctica en un amplio ámbito de diálogo democrático total?

La respuesta es doble: la primera, porque no se quiere un espacio de libre concurrencia: donde no hay libertad no puede haber filosofía. La segunda, es que la Filosofía es contraria y enemiga de esa expresión y práctica que dice “¡lo que importa es la economía, estúpido!”, (la economía, que debería estar al servicio del hombre y que, por tanto, en la situación actual, repele y deja fuera a lo humano); la Filosofía está por la claridad y contra la corrupción de conciencias y de bolsillos. Y, por tanto, es molesta, incómoda.

  Y porque las manos que manejan el estado lo han convertido en un patrono: el peor de los amos. Los dirigentes político-sociales abren camino en el que no se deja transitar a la libertad. Y no es una simple queja: es un asunto y tesis que excede y supera a lo político.

Ha de ser el tejido social, académico y familiar, también el económico, quienes han de evitar el destrozo de la libertad en los colegios, institutos y universidades: hay que luchar contra el sometimiento del pensamiento crítico y de la conciencia viva que desenmascara a la opinión única.

  Por eso, los pensadores, los profesores, los alumnos, han de crear vínculos solidarios en este momento de necesidad. No es momento de dispersión y sí de concentración: de ahí lo justificado de encontrarse en la plaza pública,(*) herederos de los filósofos de todos los tiempos y de la primera filosofía. Tenemos la fuerza inmaterial y civilizada del pensamiento y la palabra, que hay que oponer contra la fuerza burda de quien manda sin querer escuchar ni convenir.

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(*) Lunes, 28 de enero, a las 12 de la mañana, concentración en la plaza de Santo Domingo: “¡Por la Filosofía en el aula! NO a la LOMCE!

1 comentario:

  1. Porque tú eres sabio, y porque hace mucha falta gente como tú en las aulas... ¡Por la Filosofía en las aulas y en la vida!

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