martes, 7 de abril de 2015

En torno a "La MAÑANA de SALZILLO" (I)

Trance, sombras y esperanza tras una disposición legal.



DE LO INMATERIAL
(I)

Antes de que el título desoriente y empuje hacia atrás a los posibles y virtuales lectores/as, digo: es una consideración motivada por la declaración de bien cultural Inmaterial a un conjunto de hechos con título y referencia en “La mañana de Salzillo”, de Murcia, (será cada viernes santo y, también, si acaso se produjera una confluencia importante de algunas de sus características, en un momento extraordinario).
Apuntado queda el motivo del encabezamiento, que aflore como búsqueda para esclarecer lo aparentemente inexplicable: no es una cuestión enigmática ni misteriosa.

Aunque sí es impresionante, por lo extraordinario e inaudito que es que un gobierno legisle sobre lo Inmaterial.


Impresiona, sorprende. Porque una disposición legal, hasta ahora, se establece sobre lo concreto, lo material y sensible. Y vemos que se puede traspasar y superar tal condición: no sólo ocuparse de los leños para que ardan, sino aún más allá del rescoldo y el olor, atrapar eso tan difuso que es el ámbito.

1.- Un decreto característico y especial: forjar cosas desde lo ideal.

Leo en el Boletín Oficial de la Región de Murcia (BORM), este caso que aquí ocupa. Lectura necesaria para situarse en qué se entiende allí por “Inmaterial”.

Admito que me causó cierto sobresalto. Y de esta inquietud, surgen las preguntas:

- ¿Habrá que palparse el cuerpo y comprobar que seguimos aquí?

- “La Administración pública, en su práctica política, ya domina todo, ¿hasta la fundamentación teórica de raíces filosóficas?”

(Platón, en Siracusa, es un histórico antecedente del filósofo en faena de gerencia política. Aquí es el político en funciones de intelectual).

La naturaleza del objeto sobre el que se legisla, sugiere que el Gobierno regional de Murcia está compuesto por políticos metafísicamente estéticos, y habla de lo que no tiene materia, lo etéreo, de lo “Inmaterial”. Y presupone que los ciudadanos de Murcia saben de qué va.

El acto de gobierno determina y delimita lo recóndito, lo misterioso como arte y vida. Ha unido dos palabras-concepto que tienen significado opuesto, contradictorio (oxímoron). Se trata, ahora, de asimilar que lo Inmaterial es y no es, simultáneamente, sustancia físicamente sólida, a la vez que idea incorpórea. La realidad y la imaginación, los objetos y las ideas, las sustancias históricas y las alegorías,  las vivencias y los símbolos.
Y con esa dualidad de opuestos hecha ley, el gobernante ha cosificado: ha convertido en cosa lo incorpóreo; es decir, algo que no lo es.

Se dirá que es el procedimiento y que ‘las cosas son así’. No daremos acogida a la sorpresa y, en una acción que confirma la libertad de pensamiento, con opinión, decirlo para difusión consecuente.

(Quede claro y patente: no tengo objeción ni me opongo, ¡en absoluto!, a que se consiga lo de Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad para “La mañana de Salzillo”. Me alegraré como el que más. Lo que temo es que, al no organizar la participación estable, quede como suceso aislado, lejos de ser asimilado por quienes son y han de ser, simultáneamente, herederos de la tradición, protagonistas activos en valores comunes, gozosos usuarios y, por fin, transferir en relevo la práctica, los beneficios socioculturales).

2.- Razón teórica y la práctica política.

De repente, la razón teórica inspira confianza política.

Habitualmente, las cuestiones de pensamiento son algo remoto, delicadamente reservado y oculto. Para los ciudadanos que no leen, -incluida una buena parte de los políticos- los espacios de ideas y de actividad cultural no entran en sus itinerarios.
Aunque esto de “lo inmaterial”, dicho sin más, no produce agitación interior ni gran entusiasmo en la ciudadanía, habrá que habilitar vías, imaginativas y atractivas, de difusión y de formación: sólo se valora lo que se conoce y se entiende, pero sin cabida a la  frivolidad y lo ocasional, por impetuoso y menguado. Y la dificultad de límites por sí imprecisos.


-     ¿Puede añadirse algo nuevo a la tradición y al entendimiento de la vivencia? ¿O todo está circunscrito y no se contempla lo dinámico y evolutivo?

-      ¿Quién/quiénes examinarán y aprobarán qué puede admitirse, ampliando, como propio y adecuado de “La mañana de Salzillo”? (Según el decreto, sólo son tres las instituciones: la Cofradía de Jesús Nazareno, el Ayuntamiento de Murcia y la Academia Alfonso X el Sabio. Lo que es: una asociación religiosa, una institución política y la Academia como consultiva. El Gobierno regional, en última instancia).

Los representantes políticos, que vemos inesperadamente interpuestos en funciones intelectuales, deberán contar con los ámbitos del pensamiento, la cultura  la organización. Artistas, filósofos, historiadores, humanistas, novelistas, poetas, periodistas… a quienes se pida énfasis en su oficio, una demanda de altura moral en una tarea que se inicia, se desarrolla en un movimiento lineal que no tiene fin: para mantener el fuego hay que abastecerlo.

Si se pretende que “lo inmaterial” viva en los ciudadanos del lugar (¿y quienes no quieran?) y se haga entender a quienes vienen de fuera, deberán de activarse estructuras estables, que posibiliten un amplio aprovechamiento placentero de bajo coste y alto rendimiento emocional. Estamos hablando de personas y de sus emociones.

En esto se resume su valor: desplegar talento en el empeño de conseguir con esmero que, dentro de la infinita diversidad,  se celebre lo que ha logrado la costumbre, la razón, el ingenio y la habilidad. Todo en un marco de tradiciones y tiempo presente, en el que se delimita tanto el lugar, la identidad, las vivencias y sensaciones, el  sentido lúdico y la capacidad de gozar.

Siempre queda una pregunta, en la filosofía de la sospecha,

“¿A quiénes y cómo beneficiará todo esto?”

Es cierto que todo tiene un precio y que subyace un claro –aunque no explícito- objetivo económico, (por ejemplo, el turismo y sus ventajas, la posible y relativa creación de empleo). Es la realidad, con las miserias del mercado, al lado de la auténtica pasión que contiene.

¿Por qué convive la circulación comercial con la intimidad y el sentimiento colectivo? [Quizá la Psicología pueda echar una mano].

-------------------------------

[Fin de la primera entrega. Continuará…]

No hay comentarios:

Publicar un comentario