sábado, 14 de diciembre de 2013

LUIS CERNUDA: POEMAS Y MÚSICA, por los 50 años sin él; en el día de santa Lucía

El 13 de diciembre es el día de Santa Lucía,  tiempo de festejos, (aunque sea en los países escandinavos). Aquí, este año, el Aula de Poesía de la Universidad de Murcia nos ha convocado para conmemorar que hace 50 años nos dejó el poeta Luis Cernuda, -fue el 5 de noviembre de 1963-; uno de los poetas fundamentales de la Generación del 27, (¿podemos celebrarlo en sentido festivo? Me atrevo a decir que “sí”, porque la de Cernuda es poesía imperecedera y porque hoy ha sido una fiesta de la palabra y la música).

El acto comenzó con la intervención del catedrático y académico Francisco Javier Díez de Revenga, en una breve, precisa e intensa sugerencia de la importancia del poeta Luis Cernuda, del que ha señalado los puntos cardinales de su obra: amor, tiempo, soledad, infancia y muerte. Ha resaltado el tema de la soledad: en el amor, en la amistad, lejos de la tierra,…
Y, para concluir, Díez de Revenga ha elogiado que la composición de este recuerdo haya sido en la línea del pensamiento y práctica de Cernuda: la presencia de la música y las artes plásticas en la poesía.

Cómo llenarte, soledad,
sino contigo misma...

De niño, entre las pobres guaridas de la tierra,
quieto en ángulo oscuro,
buscaba en ti, encendida guirnalda,
mis auroras futuras y furtivos nocturnos,
y en ti los vislumbraba,
naturales y exactos, también libres y fieles,
a semejanza mía,
a semejanza tuya, eterna soledad”
.
(…)

Dos chicas y un chico, que han trabajado la poesía de Cernuda, han recitado poemas del autor evocado. Y jóvenes músicos han aportado la música al acto; que se ha iniciado con piano desmenuzando el “Homenaje a Edith Piaf”, de F. Poulenc


Una armonización entre violonchelo y piano ha interpretado “El paño moruno”, de Manuel de Falla; -aunque aquí lo traigamos con violín, en vez de cello;  (http://www.youtube.com/watch?v=yXdi7jnKb8k).

También la música de Ravel, en piano a cuatro manos. Y la de otros compositores que, por no fatigar en su nombre y descripción, ha surcado el espacio cultural que nos acogía.

Y clausuramos este aniversario con:


Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

2 comentarios:

  1. Hermosos regalos de un sábado de diciembre cuando aún al otoño le cuesta irse. Hermosos presentes de sonidos , armonías , sentimiento y palabras.Si estuviste, Juan, !qué suerte la tuya.!!Besos.

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  2. Estupendo artículo. me sumo al homenaje a Cernuda, leyendolo desde la España de hoy que soporta todo.

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