miércoles, 11 de febrero de 2015

Caer, pero levantarse



La caída.

A Charo y a Santiago.

Os habéis caído al suelo, literalmente. Cada quien en un lugar distinto: una, en casa, resbalón sin testigos. El otro, en el escalinata del colegio de los nietos, con presencia.
Han pasado los días, y la consternación inicial que causa la noticia, y la lógica ausencia de detalles, da paso al alborozo de que no hay nada áspero ni lastimado.
Cada caída es distinta, singular.
Habrá autorizados que hablen del por qué se produce una caída, con explicaciones anatómicas y no sé qué insondables causas. Se lo dejamos a ellos.
Explorar el sentido de la caída, de vuestro desplome. Y digo: es un recorrido por los ángulos y vértices del triángulo escaleno que es la existencia:


· casualidad, pues nadie quiere caer. En un azaroso contratiempo que prueba la ley de la gravedad.
· susto por desequilibrio y por si alguna consecuencia indeseada.
· Y alzarse. Volver a ponerse en pie, con ayuda de cirineo o con la fuerza de no abandonarse en soledad. Caminar y adelante.

Toda una referencia.
Es la llamada de la tierra (en este caso, duro suelo). Que se suele contar, afortunadamente, con humor. Y “¿qué hago yo aquí en una situación como ésta?”. La tierra, como lecho de acogida, que nos renueva la energía.
“Entre tus manos me tienes,
tierra soy”.
dicen los versos de Dámaso Alonso.
La causa y culpa, para el escalón y para el agua derramada.
Pero no hay que empequeñecer el sentido de la caída. Tampoco el de incorporarse y continuar. Porque es una experiencia. Y, como toda comprobación, un aprendizaje.
¿Y qué si no fue la caída de Saulo de Tarso en el camino de Damasco? Una experiencia para, desde la oscuridad, acceder a la luz. En el ámbito de influencia cristiana tiene gran eco y predicamento lo de las “Caídas”. Pero lo más significativo y esperanzador es remontarlas, con o sin ayuda.
Y como dice el saber popular, ante la adversidad:
“Vista al frente, paso firme y disgusto superado”.
Porque os necesitamos enteros para proyectos y lecturas, un futuro en marcha.

Hoy sois más sabios y mejores personas porque habéis caído y os habéis levantado.

1 comentario:

  1. ¡Cuánta razón, querido amigo! Nos caemos para volver al levantarnos y salir fortalecidos gracias al apoyo de los seres queridos, el mejor báculo siempre. En el aniversario de mi caída en tierras norteamericanas tu escrito me sirve de acicate y también de bálsamo de heridas aún en proceso de cicatrización 😄

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