jueves, 21 de marzo de 2013

DÍAS DE ARTE EN DELEITE COLECTIVO: MÚSICA Y POESÍA.


Música, canto, esculturas,... Símbolos y alegorías para todos, devoción de muchos.
Es su momento.
En la calle y en el interior aparece la poesía y la música, compartiendo tono, ritmo, sonoridad,…
El lenguaje musical es abstracto; la poesía muestra una expresión más figurativa.
Pero coinciden en sensaciones, armonías y ecos. Las obras musicales, como las poéticas, se reciben como lo que son: un diálogo entre un “tú” y un “yo”, son camino de comunicación. La poesía no se agota en ella misma y late en la música, que extrae lo mejor del corazón humano: toda interpretación musical es amorosa: los sonidos de la música y de la poesía están hechos de evocaciones sonoras y visuales.

La Música adquiere singular significación en esta época del año por diversos fundamentos: La música como realidad y metáfora de la cultura occidental. Y, más concretamente, es una realidad que la música en alegoría a la figura de Jesucristo y sus personas cercanas habita en más de la mitad de todas las composiciones musicales, desde que tenemos noticia y audición en Occidente.


Seguro que, voluntaria o indirectamente, en estos días escucharemos “La primavera, de Vivaldi (http://www.youtube.com/watch?v=KzwnY8ejk2w), y otras composiciones que transmiten energía y cierta alegría, como si quisieran ‘despertarnos’ de un sueño frío.
También hay ocasión de asistir a deleitarse con los conciertos, en diversos espacios: los auditorios y las iglesias, por lo de la Música sacra. Se escuchará lo que haya programado, (se nota la restricción cultural, derivada de la economía frágil y escasa). Es la Música extensa de audiciones e interpretaciones de grupos y orquestas.


[En las audiciones íntimas, me suelo decantar por J. S. Bach, en sus dos “pasiones”:
· la según san Mateo, (aquí sitúo el coro inicial: http://www.youtube.com/watch?v=KU1S32AQ3Uo)
· Y la Pasión según san Juan (http://www.youtube.com/watch?v=VHLDgxyvTjI).

· Y, ¡cómo no!, “Requiem, de Mozart, http://www.youtube.com/watch?v=KWqvjDX1R6o).
· Y cualquier composición de autor, intérpretes y calidad de audición de que se pueda disponer.

Es tiempo de consideración musical y gozo sensorial, que dejará un poso sonoro agradable en el ánimo.

En la calle, las bandas de música sembrarán las marchas pasionarias y procesionarias; (hay bandas de calidad verdaderamente destacable, aún en la dificultad de la audición en el espacio abierto y el ruido entremezclado, como esta marcha, “El abuelo”, http://www.youtube.com/watch?v=JgkaxGyrtYk).







Los Auroros. La música monódica.-
La tarde y la noche del Jueves Santo, en Murcia capital, se puede escuchar, en la plaza de san Agustín a diferentes campanas de Auroros, (http://www.youtube.com/watch?v=LApyBz-IECk).

También en diferentes puntos de la procesión de esa noche, la del Cristo del Refugio, llamada asimismo “de las Corales”, porque diferentes y muy diversos colectivos coros y Orfeón, -incluida La Tuna-, situados en las esquinas y bocacalles, cantan al paso del Cristo, en la procesión del silencio y la oscuridad.

Música y Barroco figurativo y colorista en la calle. Diversos desfiles de imágenes, -siempre nos acordamos del Viernes santo de Salzillo-.

Escuchamos música y también tenemos en cuenta  al intérprete que muestra un cuidado exquisito de las formas, algo más noble aún: el trabajo de los músicos es sencillo, pero extraño, profundo: un concierto que es casi un misterio de fortaleza vital.

La Música: emotividad y placer que se viven en un despierto sueño y que se convierte en la celebración de los días y las noches.



Y por ser el día de la Poesía, hoy 21 de marzo, aquí dejo esto.



TRAVESÍA DE VUELTA

Al  atardecer regresan,
se restituyen mis palabras.
Traspasaron sus voces
el amanecer íntimo,
envueltas en luz intuitiva,
impulsadas y sensuales,
cercanas, una a una,
ligadas, inseparables.
Palabras calladas,
señales en grito,
itinerario de oídos
que leen perfiles
en otras miradas.
Cansadas, retornan
en la hora de las sombras,
palabras compañeras.
Desandan intactas el olvido,
más hermosas aún,
cabalgan sobre la brisa
en el silencio de la espuma,
y en las olas del tiempo.
Sin caudal de otros labios
que las hayan mirado,
la luz vacilante desciende.
Un faro les muestra
los caminos cálidos
y abrazo de acogida.

miércoles, 13 de marzo de 2013

UNA MUESTRA Y UN ARGUMENTO: LA ARMONÍA PARA REGRESAR A LO HUMANO ESTÁ EN LA POESÍA Y EN EL PENSAMIENTO.


Hace dos días, en hora temprana de la mañana, al salir de casa para las compras, me llamó la atención que tres chicas de aspecto estudiantil querían hacerse una foto con fondo de pared que creí de piedra lisa, no contenía nada más hasta ahora. Me acerqué, -me sorprendía al paso-, y leí una pintada que había irrumpido tras la noche. Ahí estaba. En la risa nerviosa de las jóvenes había un contenido y una intención de mensaje: “…esto se lo envío a…”.

Detengo el paso y me quedo a leer, no porque sea mucho, sino por permitir que me impregne el breve e intenso texto de la pared. Me gusta.
Creo que es una caricia gritada, con ternura y simpatía, a todos los ciudadanos, o sólo a quienes pasen por aquí.
No es la primera pintada que he visto por la ciudad ‘firmada’ por este supuesto “colectivo” de ‘Acción Poética’; en otras calles ha hecho su advenimiento estos mensajes claros, sencillos en su evidente y sensible complejidad.
[En realidad, hay una ambigüedad: o se trata de una ‘acción poética’, como el acto de estampar en la pared un texto notablemente elaborado con gusto y ánimo delicado; o hay una persona o personas que se autodenominan así, en este grupo que, en su nombre, avisa que será dinámico cuando convenga].

 Dicen los estudiosos y analistas (pensadores, sociólogos, psicólogos,…) que, en momentos de crisis social, -aferrada y sostenida por lo económico y la inseguridad-, la desorientación hace que, por un punto, aparezcan personas que hablan solas y en voz alta, y expresan algunas de sus razones del por qué se sienten marginadas, aunque no se entienda en lo que consideramos ‘discurso normal: los vemos en las puertas de supermercados y en espacios transitados, donde hacen oír su proclama sin esperanza y, casi siempre, ininteligible.
(Excluimos de aquí, por supuesto, a quienes hablan por el teléfono móvil caminando por la calle, pues se les supone que tienen interlocutor).
Y por otro flanco, brotan este tipo de manifestaciones, como a la que hoy hacemos referencia, explícitamente sensibles, aparentemente dirigidas a una persona pero que, como es más que hipotético y verosímil, se puede apropiar cualquiera y quien quiera sentirlo y compartirlo así.
Hay que saludar, con alegría y esperanza, que haya quienes quieran aportar y estimular, siquiera con una sonrisa, a paliar e intentar salir de esta situación de hondonada social que vivimos.
Se podrá aducir que las pintadas afean las paredes y estorban a la vista. Es cierto. Pero no en este caso, me atrevo a decir otra cosa.
Fijémonos. La pintada está hecha en tinta negra, al modo tradicional de los recados y avisos anónimos en los muros y  tapias, dirigidos a los poderes públicos o a personas concretas. (No es un grafitti o símil-dibujos de jovencitos que colorean paredes y puertas como marcando territorio, como hacen algunos animales, de otra forma).
El escrito plasmado en esta pared de la murciana calle Segura, esquina a plaza de san Agustín, está trazado por alguien que lo hace con ortografía correcta y resaltando las tildes. (Esto nos puede conducir a pensar que ya tiene ‘cierta edad’ y formación, tanto por el dominio ortográfico como por la construcción de la frase).
Asegura, en negativo, (“No sé qué verás en mí,…”) que alguien pone los ojos y contempla a otro/a alguien; a éste último le agrada sobremanera sentirse avistado y distinguido; por ello implora que la mirada no se desvíe y permanezca, (“…pero no dejes de mirarme). 
Es una invocación a la presencia mantenida.
No sé si la frase es original o plagiada. Me da igual. Porque es hermosa. Y muy pensada: poesía y pensamiento, fundidos y solidarios.
 Os invito a dar la bienvenida a este tipo de escritas manifestaciones públicas. Ojalá que os produzca, cuando menos, lo que a mí: cuando paso junto a la pintada, leo y sonrío. Creo sinceramente que es un estímulo para mirar con cierto optimismo al mundo y a las personas.

Palabras que habitan la calle y en el día.
Habrá quien vea en ellas
un adverso umbral.
Las leo.
Me gusta asomarme
y permanecer.
Salgo a la calle
por si tropiezo contigo,
autor o autora,
de esta circunstancia
de amor y vida.
Pared donde el viento resbala
y el mensaje permanece.
No hallo tu rostro,
pero atesoro tus palabras,
prendidas y detenidas
en el tejido pétreo.
Y ahí, en la pared,
un salmo culminante
clamando con música,
en un zumbido animado,
vivo y simbólico,
donde el dolor no tiene acogida.

martes, 12 de marzo de 2013

11 - M: INCESANTE ESCALOFRÍO, DOLOR, TRISTEZA Y DESCONCIERTO.


(En el día después al 11 de marzo).

El principio del recuerdo lo sitúo en el autobús urbano, yendo hacia el trabajo. Como todas las mañanas, también aquella se oía la radio. Súbitamente, cambian las palabras y el tono en quienes están en los micrófonos de la emisora: se va creciendo desde lo dramático a lo desgarrado; todo se transforma hacia la tensión inquieta y el sobresalto de espanto. Informan atropelladamente y en desconcierto de que en diversos trenes y estaciones de Madrid y sus proximidades, también en la de Atocha, ha habido tremendas explosiones. Son atentados terroristas.
Desde aquí, a 400 kilómetros de allí, el autobús seguía el itinerario en un sobrecogedor silencio, sólo quebrado por la aceleración del motor y el chirrido de los frenos.
Se escuchaba la incesante y apresurada crónica, descompuesta y plagada de horror e inerme angustia: explosiones en los trenes,… Empieza y crece la cuenta de muertos y heridos,… Las palabras se atropellan en la boca de los cronistas radiofónicos. Es muy duro y sobrecogedor escuchar. Así estaba ocurriendo.
Y pasan los años. Se convierte en un hecho histórico, más que un episodio, más que un testimonio; en él se contiene y se avisa de que la amenaza terrorista y la intolerancia siguen vigentes.

Las víctimas del terrorismo no pueden dejar de ser un referente moral, que ayude a crecer humanamente y a vivir. El momento del 11 marzo de 2004 no puede quedarse relegado en un recuerdo apuntado en la agenda de cada año que transcurre, sino que es y sigue siendo un hecho que condiciona el sentido de la vida, como primer derecho y valor universal; y para tender a superar los sinsentidos -perpetrados por humanos, vaya,…- de los terroristas y sus ideólogos.

Pero, ‘ah!,  hay quienes quieren conservarlo “vivo” -?- de otra manera: con la constante siembra de dudas sobre la autoría, apuntando, con anidado rencor y resentimiento, casi incomprensible entre afectados iguales, que somos todos, –el dolor no sólo es de las víctimas, aunque en ellas sea principal y cardinal-, por la matanza y destrucción.
No acierto a comprender qué se pretende y qué se gana con lanzarse sospechas y culpas entre españoles e instituciones. Dudar, tras nueve años del doloroso acontecimiento, sólo puede conducir al fraccionamiento social entre igualmente golpeados y doloridos.

Pero los muertos, heridos y afectados por el 11-M ahí siguen estando: en la permanente memoria de su sacrificio impenetrable, que informa e ilumina, -si queremos así recibirlo y entenderlo-, de lo que debemos sentir y procurar hacer para seguir con ánimo en la convivencia.

lunes, 28 de enero de 2013

FILOSOFÍA Y FILÓSOFOS EN LA CALLE: CONCENTRARSE EN LA PLAZA PÚBLICA.




En el hueco del día 28 de enero del año 13º del siglo XXI, la plaza de santo Domingo se ha convertido en el Ágora. Allí, profesoras y profesores de Filosofía se han concentrado y, a su vez, se han extendido por el lugar, explicando a quienes quisieran oírles, -que han sido muchos y muchas-, el por qué de estar allí. Catedráticos/as y profesores/as de la Universidad de Murcia, catedráticos/as y profesores/es de distintos institutos de la Región, estudiantes de Filosofía, y personas simpatizantes, hemos acudido a estar juntos y en la lucha porque se divulgue y se sepa qué va a pasar –negativamente- con la Filosofía en las aulas y en la vida ciudadana de los españoles, si una ley contestada llega a entrar en vigor. (El vigor será para la tal ley; pero el decaimiento y la debilidad será para la Filosofía y su enseñanza, así como para la formación de los ciudadanos).


El profesorado de Filosofía, -si cabe, aún más que en otros colectivos-, es singular en sus tendencias y especialidades, y lo son con dedicación individualmente relevante, por la propia esencia de la Filosofía donde habitan. Es propio del pensamiento: ser libre y abierto. Y siempre tratando de entenderse y confluir, en el debate abierto, libre y democrático.
Hoy lo han hecho. Unidos y no confundidos.
En un acto de tener muy claro dónde está el peligro: el que viene como un obús contenido en la Ley Orgánica para la mejora de la Calidad de la Enseñanza (LOMCE),… […eso de “mejora”… suena a sarcasmo, ¿verdad?; y aún más cuando el profesorado rechaza  la ley que así se dice, propuesta por el ministro Wert –o lo que sea-, porque además de prepotente, puede considerársele “al servicio de intereses privados, no por eso desconocidos” y tendentes a la analfabetización del pensamiento y del conocimiento: creen que es más fácil manejar a los desinformados. Y no hay que darles esa “razón”].
Hoy ha sido en este espacio público del centro de Murcia.
Y se ha cantado, con esta letra:
El día 14 de febrero, a las 12 de la mañana, será ante la Consejería de Educación de la región de Murcia: que no se vayan a creer que no tienen responsabilidad estos dirigentes políticos de Murcia.
Y habrá que estar.
La lucha está presente.
Hasta conseguir la victoria y la negociación abierta, amplia y bastante para la Educación en la Filosofía.

domingo, 27 de enero de 2013

FILOSOFÍA, ¿PARA QUÉ?


Puede que se lea como una interpretación que se ayuda de una frase, (nunca una caricatura). En 1920, el intelectual, profesor y militante político, Fernando de los Ríos viajó a la URSS a estudiar las posibilidades la Internacional Comunista. Allí se encontró con Lenin, a quien el español le preguntó sobre cuándo el régimen bolchevique mostraría la libertad para los ciudadanos. El ideólogo soviético le respondió con otra pregunta: “¿Libertad para qué?”.

Es que, quien piensa, propone y razona alternativas para el mejor estar de los humanos. Por eso no emociona la libertad a los dirigentes.

En estos tiempos donde lo que parece que no hay alternativas a través del saber, y que sólo se puede atender a las pesadas losas del ‘déficit’, de la ‘prima de riesgo’ (‘prima’… ¿de quién?), de la corrupción en muchas esferas; de los ‘recortes’, de familias completas en paro, de sobres que contienen dinero malsano para cargos políticos y quienes trafican con la confianza de los votos ciudadanos,… hombres y mujeres sin trabajo, personas dependientes sin ayudas, con cada vez menos atención sanitaria y con la educación manipulada,…

¿Tiene sentido estudiar y prepararse a fondo, disponer de un excelente currículum, si luego no interesas a los contratadores, -que buscan pagar sueldo de sirviente por un trabajo especializado-, porque la formación contiene y da paso a ideas que mejorarían y, posiblemente, superarían lo que piensa el empresario, sin que eso supusiera más costo?

Hay que resistir y avanzar, cuando a lo humano lo van deshabitando, cuando se vive en el desconcierto de cada día... ¿a qué viene preguntarse por la presencia activa de la Filosofía en la Educación? ¿Es que no conviene que las personas piensen, tengan ideas y las llevas a la práctica en un amplio ámbito de diálogo democrático total?

La respuesta es doble: la primera, porque no se quiere un espacio de libre concurrencia: donde no hay libertad no puede haber filosofía. La segunda, es que la Filosofía es contraria y enemiga de esa expresión y práctica que dice “¡lo que importa es la economía, estúpido!”, (la economía, que debería estar al servicio del hombre y que, por tanto, en la situación actual, repele y deja fuera a lo humano); la Filosofía está por la claridad y contra la corrupción de conciencias y de bolsillos. Y, por tanto, es molesta, incómoda.

  Y porque las manos que manejan el estado lo han convertido en un patrono: el peor de los amos. Los dirigentes político-sociales abren camino en el que no se deja transitar a la libertad. Y no es una simple queja: es un asunto y tesis que excede y supera a lo político.

Ha de ser el tejido social, académico y familiar, también el económico, quienes han de evitar el destrozo de la libertad en los colegios, institutos y universidades: hay que luchar contra el sometimiento del pensamiento crítico y de la conciencia viva que desenmascara a la opinión única.

  Por eso, los pensadores, los profesores, los alumnos, han de crear vínculos solidarios en este momento de necesidad. No es momento de dispersión y sí de concentración: de ahí lo justificado de encontrarse en la plaza pública,(*) herederos de los filósofos de todos los tiempos y de la primera filosofía. Tenemos la fuerza inmaterial y civilizada del pensamiento y la palabra, que hay que oponer contra la fuerza burda de quien manda sin querer escuchar ni convenir.

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(*) Lunes, 28 de enero, a las 12 de la mañana, concentración en la plaza de Santo Domingo: “¡Por la Filosofía en el aula! NO a la LOMCE!

lunes, 7 de enero de 2013

IDIOMA PARA ENTENDERSE



Pasaba al lado de la frutería, regentada por magrebíes. En la puerta, dos mujeres jóvenes hablaban. Por su acento aminoré al marcha.

Hay también un niño de tez morena que reclamaba, a cada instante, la atención de su madre, la que viste un atuendo inequívocamente árabe (sí, ese que, las más de las veces, parece un uniforme distintivo) de pañuelo en la cabeza que oculta el cabello y deja al aire y a la vista un rostro delimitado, chaqueta amplia y larga, que no se ciña al cuerpo para no dejar traslucir las formas, y los zapatos cerrados, sin mostrar dedos.

Es joven esta mujer, que le habla a otra, rubia de pelo corto y de piel muy blanca, de cabeza descubierta,  que lleva un suéter azul claro, pantalón vaquero; en los pies calza zapatos con tacón alto; y en las manos sujeta un chaquetón, un bolso y un carrito de la compra.

-  Estoy deseando que comience de nuevo el colegio, este niño está insoportable, -dice la madre árabe en idioma español/castellano-, bien construido, pero hace eco el acento que revela la procedencia y la lengua materna de origen norteafricana, con sonidos guturales aspirados.

-  Al mío le pasa lo mismo, también tengo gana de que comience el colegio, a ver si se tranquiliza, - manifiesta su acuerdo la mujer rubia, que evidencia un acento eslavo, quizá ucraniano o ruso, donde los sonidos interdentales se destacan.

Siguen hablando. De eso y de otras cosas, de trabajo y de cómo le va el negocio de las frutas y verduras,… Es lo que oigo a una distancia prudencial para que no se sientan observadas y porque he de seguir hablando y dejando de palpar mis bolsillos como si quisiera encontrar algo, en disimulo por haberme detenido.

Pero sólo quiero observar que dos personas, foráneas, de diferentes y distantes procedencias geográficas, que han recalado en esta ciudad buscando trabajo y desarrollándolo, se entienden en un idioma que no es el de sus orígenes.

Y me ocurrió una manifestación de la misma anécdota en la pescadería del pueblo, donde tres hombres se comunicaban y entendían en el mismo idioma que es el mío. Un subsahariano, un europeo del Este y un español, que hablaban de la escasez de trabajo y de lo que se podía hacer en la huerta ahora que es invierno. Y ¿adivináis quién empleaba el español con mejor construcción y claridad en las frases? Os resuelvo la pregunta: el subsahariano, con su acento sonoro; porque el español autóctono hablaba en forma de “lugares comunes” y que casi exigía una retraducción.

No es, ni pretende ser, esto que aquí señalo una aportación para un análisis sociolingüístico.

Podríamos internarnos en las condiciones de vida de los inmigrantes y su situación de justicia.

Sí, de mucho podría hablarse.


Pero escribo hoy sólo lo de la cuestión lingüística.

Y seguro que vosotros os habréis encontrado con escenas similares que os llegan. Pero se me hace de agrado que personas venidas de allá las distancias, los montes y los mares, hablen la misma lengua y lo hagan con más interés y conocimiento que algunos autóctonos.

Y que el idioma en que pienso y me expreso sea vehículo de entendimiento y difusión, sencillamente, me gusta que así suceda.