martes, 24 de abril de 2012

NUEVAS MIRADAS PARA EL SENTIDO DE LA REFLEXIÓN Y EL PENSAMIENTO: “PERSPECTIVAS Y MÉTODOS EN HISTORIA INTELECTUAL”.

SENTIDO DE LA HISTORIA: LAS TRANSFORMACIONES INCLINAN A ACTUALIZAR LAS ESFERAS DEL PENSAMIENTO

           Probablemente, el presente y las condiciones de la actualidad no sean estimulantes para despertar la atención y el interés sobre estos asuntos, de amplios segmentos sociales y, así, sugestionarse por las realizaciones de quienes siguen en la tarea de pensar y propiciar alternativas prácticas: hablar de ‘Historia’, de ‘Pensamiento’, de ‘métodos’ para leer el presente y proyectar el futuro. Pero es cierto que lo que ocurre en el pasado reciente y en el presente influye y determina las formas y métodos de pensamiento.

 Por eso, con toda razón y dispuesta resolución, hay que saludar y agradecer la labor de intelectuales como es el caso del catedrático de Filosofía, Ángel Prior, por haber propiciado y programado esta actividad, “Perspectivas y métodos en Historia intelectual, que presentó, desde su doble condición de investigador y coordinador, el 23 de abril  en el centro cultural “Las Claras”, de la fundación Cajamurcia. Los próximos días, hasta el 23 de mayo, se podrá escuchar y conocer los estudios y desarrollos, en torno al título de este curso, de diversos profesores universitarios que despliegan su tarea en diferentes instituciones investigadoras y docentes de España. 
      En la presentación de la actividad, Ángel Prior sitúa un incuestionable punto de partida, para la nueva metodología en Historia y sus perspectivas, en la generación historiográfica y filosófica de intelectuales nacidos entre 1920-1930: Foucault, Blumenberg, Rorty, Derrida, Luhman, Habermas, Skinner, Koselleck. etc., ...; una generación de filósofos e historiadores que difunden sus trabajos en la década de los años 60 del siglo pasado, e irrumpen con gran fuerza, despliegue e influencia en la escena intelectual. Sin H. G. Gadamer, no podría entenderse el cambio en la historiografía. Así, con la publicación de “Verdad y método”, -la verdad está íntimamente trabada al método y no puede considerarse la una sin el otro-, Gadamer , crítico con el positivismo y con el método tradicional de las humanidades, reivindica el valor de verdad de la Historia y de los Clásicos. Un profundo y sensible cambio se está produciendo: el modelo anterior en Historia de la Filosofía y en Historia de las Ideas, el proceso de interpretación está transitando desde las ideas, ideologías y mentalidades para reemplazarlo por “Discursos, Lenguajes y Conceptos”. No hay una definición unánime, ya que los nacientes métodos están conformando una disciplina inusual. Se abre y se inicia una nueva Historia Intelectual: estudio, análisis y perspectivas de las ideas y de los patrones intelectuales a través del tiempo. En ello, se puede distinguir seis campos delimitados y diferentes: 
    1.- Historia de las Ideas. 
    2.- Historia de la Filosofía. 
    3.- La Teoría Política, (I. Berlin, Skinner) 
   4.- Historia Cultural (general y particulares), donde los límites son muy permeables: - Historia social, política y literaria. - Neohistoricismo, que aplica metodologías derivadas de Foucault al ámbito literario; (se ha desarrollado ampliamente en EE. UU.) 
   5.- Relaciones con la Sociología: biografías de los intelectuales y las Ideas. Así como el estudio de la Sociología del Conocimiento. 
   6.- Historia de los Discursos (o del discurso). Así, para el filósofo Hans Blumenberg, la metáfora frente al concepto no tiene una función referencial sino pragmática. Quentin Skinner, historiador británico, en su programa metodológico plantea el paso de la semántica a la pragmática en la Historia de las Ideas: tomar los textos en su uso pragmático, como actos de habla. Y, también, evitar que la Historia esté al servicio del presente: no hay problemas perennes, sino estudio particularizado. La postura de Skinner es radical: los textos clásicos se ocupan de sus problemas, no de los nuestros. (Blumenberg coincide en no poner la Historia al servicio de ningún presente. Los autores del pasado vivieron su contingencia y el presente tiene la suya, distinta y diferenciada. Reinhart Koselleck difería de esta tendencia). Aunque hay una fuerte conexión entre el historicismo clásico y el neohistoricismo, ya se ha apreciado y constatado que hay dos formas, al menos, de tratar las contingencias: el Platonismo y el antiplatonismo. Las ponencias incardinadas en este curso van orientadas, además de su especificidad, a mostrar la transformación de la Historia de las Ideas en Historia Intelectual, superando las fronteras lingüísticas y nacionales. Los planteamientos clásicos de la Historia de la Filosofía han de adaptarse al presente y modificarse profundamente. De todo ello podemos enterarnos, en los diversos días del curso coordinado por Ángel Prior, en el que los expertos y estudiosos van a exponer y hablar del cambio historiográfico.

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