El catedrático Sergio Sevilla, de la Universidad de
Valencia, ha impartido una conferencia en la Facultad de Filosofía, donde el
asunto nuclear es la Hermenéutica, es decir, la forma y modelo de acercarse a
lo que se dice con el lenguaje humano, a los textos, a interpretarlos y hablar
de la consistencia de su sentido. Y, para ello, ha presentado sus “Notas sobre
Hermenéutica y Genealogía”.
Dicho así lo mismo no se siente atracción por el tema.
Pero vamos a procurar situar los polos de interés, porque los tiene.
La presentación ha sido a cargo del catedrático Ángel
Prior, quien ha destacado de Sergio Sevilla sus reconocidos estudios sobre Rousseau,
sobre Marx (Crítica, historia y política,
Madrid, Cátedra, 2000), para pasar a situar por donde discurrirá la
intervención del profesor Sevilla: las relaciones y tensiones entre la
Historiografía (genealogía) y Hermenéutica.
Sergio Sevilla ha comenzado con una referencia a Kant (“¿qué podemos esperar si hacemos lo que debemos?”). Y llamar la atención de la Hermenéutica, trabajo de interpretación centrado sobre la tradición escrita, (“Lo no dicho en lo dicho”), en la que subsiste el problema entre la investigación historiográfica y la filosofía del Lenguaje.
Para señalar el problema que plantea la hermenéutica:
la fragilidad de su aportación a una teoría –y a las prácticas
correspondientes- de sus dos principales pilares teóricos: la investigación historiográfica,
y la teoría del lenguaje en que apoya su lema: "el ser que puede ser
comprendido es lenguaje". Por lo
que distan mucho de haberse esclarecido algunas cuestiones importantes acerca
de su modo de comprender el lenguaje. Las respectivas posiciones de Gadamer y
Ricoeur al respecto son bien expresivas de esa situación.
El profesor Sevilla plantea una pregunta de reflexión: “¿el pensar poshegeliano es una renuncia a
pensar?” para dar entrada a los filósofos de la Sospecha: Marx, Nietzsche y
Freud.
A continuación, ha señalado las diferencias insalvables
(la consideración de que la experiencia misma no puede ser ciencia, y las
difíciles relaciones entre lenguaje y experiencia), que se producen entre
Gadamer, [renovador de la Hermenéutica y fundador de su escuela, quien sostenía
que la interpretación debe evitar la arbitrariedad y las limitaciones surgidas
de los hábitos mentales, centrándose en las cosas mismas, en los textos. Afirma
que medida que profundizamos en la lectura, se varía, se confirma o altera la comprensión.
La verdad está íntimamente ligada al método], enfrentado a Paul Ricoeur, (quien
estableció las estrechas relaciones entre la descripción fenomenológica con la
interpretación hermenéutica). La versión que Paul Ricoeur ha dado de Marx,
Nietzsche y Freud como “pensadores de la sospecha”
y, sobre todo, la búsqueda de una mediación dialéctica entre ella y la
fenomenología de la
comprensión de símbolos en su teoría del “conflicto de las interpretaciones” ha
provocado la oposición
frontal de Gadamer (1968), que, en cierto modo, ha doblado su gesto oponiéndose
también a la “Teoría crítica”, propuesta por Habermas como límite a la
pretensión de universalidad de la hermenéutica enunciada en Verdad y Método. La posición gadameriana
está claramente desmarcada tanto de la del filósofo y antropólogo francés, como
del filósofo y sociólogo alemán J. Habermas, distinguido representante de la
Teoría Crítica, en la que, en esta ocasión, se destaca su aportación a la
acción comunicativa. Se forma así un
triángulo de concurrencia de pensadores y sus manifiestas diferencias sobre el
tema que se está desarrollando, señalando la dimensión ontológica del debate y
que ha sido referente en toda la disertación.
El conferenciante, profesor Sevilla, se sitúa en una
posición teórico-crítica, cercana a Habermas y vuelve a hacer referencia a los
autores de la Filosofía de la Sospecha, al señalar que se ha producido una exclusión
de la Historiografía del ámbito científico y el historiador queda así reducido
al papel de participante experto.
A continuación ha pasado a exponer y confrontar las
diferentes posturas hermenéuticas, considerando también el devenir histórico,
desde Husserl, Heidegger, Gadamer (“Verdad
y método”), Paul Ricoeur y Jürgen Habermas.
Ha concluido con el diálogo/debate final en donde ha
habido preguntas sobre la inconmensurabilidad entre lo oculto y lo manifiesto
en el texto, así como que la posición de Gadamer deja fuera de los filósofos de
la Sospecha.
El asunto sigue candente, partiendo de la necesidad de
acercarse al texto para entenderlo, situarlo e interpretarlo, sin que haya un
final previsto.
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