martes, 25 de septiembre de 2012

SUGERENCIAS Y PROYECTOS CULTURALES: SUSTANCIA, DIFUSIÓN, TRANSMISIÓN Y GESTIÓN EN TIEMPOS DIFÍCILES. (I)


 Por la calle de santa Teresa paso casi a diario. Y siempre me fijo en el llamativo edificio que es la casa Díaz Cassou, hoy templo cultural. Leo lo que ofrecen en sus cristales. Entro y me entero. Hoy me he decidido a contar la visita, las impresiones y lo que se contiene.

La Casa Díaz Cassou, edificio modernista singular, que fue del escritor y abogado murciano Pedro Díaz Cassou, construida en 1906, hospeda y ampara a las fundaciones Antonio Campillo y José Antonio Molina Sánchez, con exposiciones permanentes. También se da cabida en el edificio a la Academia de Bellas Artes.
(La nota discordante, en el exterior, es que las fachadas del edificio están notablemente afeadas por las pintadas-grafiti de los impunes grafiteros, -que están extendidas a todo tipo de edificios y paredes ciudadanas-, a quienes no sería difícil contener con claro objetivo y voluntad política, y hacerles pagar, si no se ampararan, entre otros “paraguas”, en su minoría de edad legal, en el encubrimiento de sus familias y en que las ordenanzas no son -¿acaso no pueden ser?- específicas y directas al problema).

Quienes vivimos por voluntad e inclinación en la cultura –sea cual sea su manifestación y pueda llamarse así- sabemos que los proyectos culturales tienen que ser avalados por parte de las instituciones y la iniciativa privada. Pero el recorte en las ayudas, el “parón” en los proyectos y en la Ley de Mecenazgo y los gravámenes en impuestos son la tónica más actual; lo que se viene haciendo habitual: “malos tiempos para la lírica.
Que deseamos que pase pronto esta etapa y haya dinámico pulso en las expresiones culturales. La pregunta podría ser la de “¿Qué hacer?” La respuesta, de momento, es simple: Apoyarnos unos a otros, abiertos a las nuevas ideas y gestiones, a quienes vienen con sus obras modeladas, musicadas, escritas, pintadas, escenificadas,…

 Como podría y debe ser el caso de esta forma de cooperación colectiva, de instituciones, edificios y fundaciones, como las de “Antonio Campillo” y “Molina Sánchez”, por sí mismos, abriendo y ampliando posibilidades a artistas que buscan apoyo y seguidores.
(Otra pregunta que se formuló, es la de que “Para qué sirve una Academia de Bellas Artes?” Y, por extensión, cualquier Academia: más que una definición, se espera una aportación de proyectos decididos a regar las mentes y sensibilidades de los murcianos y murcianas).

Otra Academia, la “Alfonso X el Sabio”, sigue, en otras actividades participativas, con el Club de Lectura en torno a autores y obras de Murcia. Así, el próximo jueves 27, hay un intercambio, tras la lectura, de un libro de Díaz Cassou. 

¿Cómo podrían lanzarse proyectos en estas plataformas? Es fundamental que los impulsores de proyectos hayan de ser personas activas, porque lo que se lanza no es sólo un proyecto sino una campaña en sí misma.
Por hoy, sólo esta muestra.
Seguiremos con todo esto en próximas entregas, para hablar la accesibilidad y disfrute de algunas manifestaciones culturales en Murcia.

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