Podríamos aventurarnos en el tópico de que “quien regala bien vende”, pero no creo que pueda aplicarse aquí, (aunque, obviamente, las librerías están para vender libros). Porque hay muchas librerías, de referencia, que no organizan acto alguno y siguen vendiendo. A “Escarabajal” podría ocurrirle lo mismo, pero Ana ha apostado por la difusión de la cultura del libro y sus frutos implicando a autores, editores, periodistas y personas sensibles a la lectura que conforman una numerosa tripulación en este proyecto vivo. La labor de la librería “Escarabajal” está reconocido en toda España por instituciones y organismos culturales. (Por tanto, lo que aquí se venga a decir sólo es un pálido reflejo de la realidad aquilatada de su conocido prestigio).
Libro estructurado en 14 relatos, donde tras cada final, sigue un poema de la autora, que no es enseñanza de lo anterior ni del relato que sigue, sino una especie de puente entre relatos, en un juego aparentemente equívoco.
Nazarena Balaguer manifiesta que en estos relatos no hay reglas ni moraleja; no hay afán didáctico, moralista o de modelo conductista; donde las mujeres son protagonistas absolutas. (Y que abre un breve y animado debate entre el público y los presentadores, que pretende ir más allá del tópico de si las mujeres son más complejas y, por tanto, más contradictorias y fructuosas que los hombres, lo que inclinaría al uso de la figura femenina como eje central de los relatos). La diferencia, en el libro, está claramente inclinada y evidente a favor de la complejidad de los personajes encanados por mujeres; y la escritora Pilar Adón aclara que no necesaria ni precisamente sus personajes se distinguen por su positividad, certeza o bondad, aunque en las situaciones que describe y recoge haya una preponderancia del matriarcado.
La protectora mujer ha creado un ambiente en el que hace creer al niño que posee una deformidad, por lo que consecuentemente, no puede relacionarse con el mundo exterior. Es un cuento con varios niveles de comprensión.
Hay determinadas características en la “carpintería” de la escritura de Pilar Adón: personajes aislados del ‘ruido’ social, situados en bosques, desiertos, en casas alejadas y que, por ello, son personajes encerrados en su propio encierro y, al final, encerrados en sí mismos.
El título está tomado de Abril es “el mes más cruel” para estos personajes, porque precisamente cuando la primavera invita a despojarse de los vestidos, los personajes de Pilar se cubren y se encierran.
El editor, Enrique Redel, de la editorial Impedimenta, destaca que el diseño de portada y envoltura del libro está pensado desde el respeto por el lector: los libros deben ser pulcros y moderadamente llamativos en su aspecto, de acuerdo con la calidad de la escritura que envuelven. Y explica el por qué de la portada impactante, donde la joven mujer que aparece posee y ofrece una mirada penetrante y de inquietud demoledora.
En su intervención final, Pilar habla del dolor de quien escribe estas historias y de cómo se termina cansada y afectada, por lo que conviene alejarse y tomar distancia de la propia obra y de que la escritora pudiera aparecer como personaje o modelo. Hasta que otras ideas vengan a estimular su mente y la respuesta en nuevos relatos de igual formato o de extensión novelada.
Puede afirmarse sin temor que, en este libro, Pilar Adón es una escritora realista de este tiempo, pero no “realista” en el significado y sentido de las corrientes del realismo literario, sino que se ocupa de la realidad de la vida interior de las personas a las que las condiciones actuales les inclinan a vivir aisladas, en mundos interiores complejos en su encierro, donde no se concluye en finales felices porque la vida, en su evolución constante, es como es: de intensa intimidad y de frágil sociabilidad.
Pilar Adón ya es una sólida y reconocida escritora. Y estamos convencidos que, con cada nueva obra que publique, ampliará su espacio e importancia hasta límites sorprendentes. Lo veremos y lo disfrutaremos.
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