lunes, 19 de mayo de 2014

“La PIEL DETENIDA” (performance, en El Almudí) en la EXPOSICIÓN ‘POMPEYA’, de PEDRO CANO






REVERBERACIÓN DE VIGOR VITAL:

CONFLUENCIA de cuadros y actores/actrices.

     

Se alarga la "Noche europea de los Museos" y se convierte en día, cercano ya el ocaso del domingo. 
Y venir aquí, a intentar un ofrecimiento/descripción de lo que da de sí una fusión conmovedora de expresión verbal y corporal con los colores del pintor Pedro Cano. Momento en la tarde del domingo, en la exposición, ya que elevadamente es interesante por sí misma, y que destila sustancia vital aportada por actrices y actores.


Las impresiones se proyectan y perdura en la retina, en el entendimiento y en la conciencia.


Aunque se trate de una palabra inglesa, performance se entiende como referencia: quizá explicarlo en español sea complejo. Digamos que es una representación escénica que refleja y alude a un argumento poderoso. Y, por su expresión, cuando menos, es perturbadora. En esta ocasión, además, es bella e inquietante, en su manifestación artística y su discursivo testimonio, a la vez, real y simbólico, en proximidad de ideas, dolor y amor, emociones y arte contiguo y encadenado con las pinturas de Pedro Cano, (exposición “Pompeya, en el centro de arte palacio Almudí, Murcia).

Tiene por título “La piel detenida.

Sorprendió por su planteamiento estético, cuestión compleja y difícil, acrecentando la vida que purifican los cuadros de Pedro Cano. Y los numerosos asistentes se impregnaron en momentos estéticamente sobrecogedores y estéticos: la armonizada expresión corporal de las figuras en movimiento, por toda la gran sala del palacio Almudí, más que sorprender, su contenido cautivó miradas y ánimos; convirtió en cómplice al lugar escénico.

Impresionante convivencia de movimiento, palabra y color.   
En la diversidad y divergencia radica, en mi opinión, la potencia de hecho cultural concreto de esta tarde. Creo que estas acciones ayudan, predisponen e invitan a que nazcan pasiones por la cultura.

Una performance de expresión física, palabra y música con fondo, incidencia y circunstancia de una representación pictórica es, sobre todo, una gran lectura de un texto visual complejo con núcleo y corazón en la pintura. 
Y ello convierte al observador en un lector dinámico, en el mejor lector posible.

Los cuerpos que dramáticamente se arrastran junto a los cuadros, rememoran y dan movimiento a personas que, en el año 79 d. C., fueron devoradas por la lava, envueltas y momificadas en las cenizas procedentes de la erupción del Vesubio.

Cuerpos de persona que se recogen y estremecen en el dolor del fuego y ahí permanecen. Queriendo resistir, se concluye en la circunstancia de aceptación. Y se asemejan, poco a poco, a los objetos pictóricos que ha recreado el artista Pedro Cano”.

Y lo voz clara, modulada y enérgica, emocional y demandante de la actriz Mª Dolores Galindo advierte y avisa “Por las ciudades muertas de Pedro Cano”. Es, a la vez, un lamento y una esperanza; una creencia, un reconocimiento y una promesa de aliento.



Se manifiestan, hablan y cantan, lloran y ríen las “Pecadoras, cuyo único ‘pecado -?- es haber amado a sus hijos y a sus personas cercanas, a quienes han quedado carbonizados, aún en la protección demostrada: la vida de los otros antes que la propia.

Y concluir en el “Poema cuarteto de Pompeya, donde se expresa que ninguna acción ni momento son en balde: hay trascendencia en los sentimientos, en la energía y en las palabras, en el blanco resplandor y en la expresión del amor.
En el momento de mayor peligro emerge el amor.

Un canto a la esperanza y a la delicadeza del sentimiento humano más definitorio.




Silencio o, todo lo más, un rumor de pasos, palabras confidenciales y respiraciones. No había voces del público. Hasta los niños quedaron enganchados de lo que allí ocurría. La esencia está ahí, en el impacto, el descubrimiento y la educación.
Falta mucho, porque habitualmente ha escaseado lo artístico y lo auténtico, y el fin educador. Llegará. Queda ver y percibir las singularidades y las diferencias, la compatibilidad y diálogo entre formas y expresiones artísticas, vertientes creativas.  Y aprender de ellas, tras el deleite en el gusto de presenciarlo.
Este evento de conjunción movimiento, palabra y color tiene entidad. Ayuda a que se quiera el arte.

La sociedad es un conjunto de ciudadanos que sienten su destino más allá de la urgencia de las cifras, las estadísticas y de oscuros intereses y mercancías. La cultura y sus expresiones hacen sostenible la situación que queremos, amparada en principios éticos y de pensamiento que el arte puede proporcionar.
Por eso nuestras sociedades se darán cuenta de ello, hay siempre alguien que crea y alguien que piensa, que razona, que analiza. Y gusto por el saber y las Humanidades recobrarán y dispondrán de  un nuevo prestigio perdido y necesario.


La Cultura es la mitad de lo que todos llevamos dentro. La otra mitad la vamos conformando con fragmentos de lugares y estados de ánimo. Como el de esta tarde dominical del 18 de mayo.

La versión artística de la producción de la Escuela de Superior de Arte Dramático (ESAD), de Murcia, ha sido de un impacto altamente estético. Y puedo afirmar que el pintor Pedro Cano estuvo visiblemente emocionado. Y no sólo él, sino los centenares de personas que acudieron.

3 comentarios:

  1. Muchas gracias Juan por tus bellas palabras.

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  2. Juan, qué bien lo has descrito, ¡ahora ya me lo imagino!
    Fran

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