“…Esta es la hora más difícil, es la hora del silencio, es la hora del adiós,…”
Es parte de un poema de Antonio Gala, que se hizo canción, y que traigo aquí para dejar por escrito, para quien lo quiera leer que, tras cuarenta años, he dado por concluido mi tiempo de trabajo. Es decir: me jubilo, anticipadamente. (La norma vigente lo permite y me acojo a ella). En las Jornadas de Formación del Profesorado, hace unos días, -en Águilas-, ante los compañeros y compañeras asesores de la red de formación, con la presencia del Director y Subdirectora Generales de Promoción, Ordenación e Innovación Educativa y de los responsables del Servicio de Formación, ya se adelantó lo que será un hecho el 1 de septiembre de 2010. No es fácil despedirse de quienes se ha mantenido una intensa relación laboral, en todos los Centros de Profesores y Recursos (CPR) de la región de Murcia, y con quienes se ha colaborado estrecha y lealmente para alcanzar los objetivos laborales propios de la función. El viernes 28 de mayo, quienes cooperamos y hemos compartido tareas en estos casi nueve años, en el CPR Murcia I, nos ofrecieron, para Santiago Delgado y para mí, un acto de convivencia, con comida, en que repasamos juntos lo que ha sido el itinerario laboral que ahora concluimos. Fue emotivo y entrañable. Sus efectos perduran, porque son de gran intensidad y cercanía, no sólo en lo profesional, sino en la amistad que se ha ido fomentando y consolidando en todo este tiempo. Me cuesta expresar y que se refleje en mí la emotividad. Pero eso no impide que la sienta y viva con toda intensidad y reconocida gratitud, porque así es. Les estoy profundamente agradecido: por lo que de mí han dicho, por lo que me han considerado y por los regalos que generosamente me han otorgado. (Creo que se han “pasado” espléndidamente. Lo disfrutaré). El tiempo de trabajo, desde aquel 16 de septiembre de 1970 en que comencé en Cartagena, hasta la conclusión, en los próximos días, en el CPR de Murcia I, ha supuesto lo que a todos les sucede y sobreviene: ilusión, dedicación y continuo aprendizaje de las diferentes situaciones docentes, algún sinsabor y más de una decepción y contrariedad; cambios legales, incomprensión en algún sector social,… pero el balance es, con mucho, positivo. Porque me lo he pasado muy bien, tanto en el aula como ahora, en la planificación. Es así. Y es mi tiempo vivido, del que no renuncio a nada. Ahora toca otra etapa, en la que aprender y adaptarse, del mejor modo y más placentero sistema, a las indudables y atractivas ocupaciones y ofertas que están ahí. Asocio estos días con el florecimiento de las jacarandas, que lo hacen ya avanzada la primavera. Y van dejando un mantel de corolas y pétalos lilas, como un poema de Juan Ramón Jiménez, coloreando el suelo de tonos violáceos que pisamos al pasar bajo estos imponentes y bellos árboles florecidos. Mi blog continuará, por supuesto. Y mis ganas de contaros algo de lo que me ocurra en cada tiempo. Porque una cosa es concluir el tiempo laboral y otra, muy distinta y que no caduca, es la amistad. Por aquí me tenéis.
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Gracias Juan por tu trabajo y tu entusiasmo. Ahora tendrás más tiempo para tu Blog... Abrazos
ResponderEliminarAntonio Narejos