sábado, 14 de marzo de 2009

LA PIANISTA DESCALZA

Un nuevo viernes con la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, en el Auditorio Regional. Una vez más con un programa variado para el concierto en su ciclo de abono, del 13 de marzo.

Personalmente no me acaban de cautivar las audiciones de contenido diverso, pues creo que dispersa la atención y le resta unidad a lo que se busca en el relato que la música despliega. Y que tengo preferencia por asistir y escuchar una obra completa o, cuando menos, que sea un recital en torno a un autor, quizá a un período musical concreto.

Aunque en el guión musical de esta cita musical hay un denominador común, una cierta unidad temática: música divertida. Los dos fragmentos de ópera y la música de Van der Roost.

El caso es que este viernes se ha iniciado con la obertura de Così fan tutte, - "Así hacen todas", ópera bufa de Mozart, que es la más hermosa de sus últimas óperas, una obra que fascina por su juego de simetría en cuanto a personajes –hombres y mujeres-, el encanto de sus arias y su final feliz. Pero sólo escuchamos esta introducción, en la que en ya se expresa el tono enredador de la ópera de referencia, y que fue interpretada por la Sinfónica con esmero pero faltaba algo de persuasión. (Pero esta última circunstancia, desde mi apreciación personal, puede que sea atribuible a la guía del director de la orquesta, en esta pieza y en otras).

Pasamos a la música de Jan Van der Roost, compositor actual –tiene 52 años-, con su obertura de Scaldis, de percusiones armónicas diversas –bien desarrolladas por los intérpretes- sobre un persistente tema que nos trae sonidos de naturaleza estremecida, fluir del agua y la intensidad de la vegetación que se mueve al viento mientras surcan el aire las aves.

Agradó esta fracción y su interpretación.

La suite de "El Caballero de la Rosa", [Der Rosenkavalier], ópera cómica en tres actos con música de Richard Strauss, (que combina la farsa de enredos con una profunda reflexión sobre el paso del tiempo), se centra en el uso del vals como forma musical y que es un anacronismo deliberado, ya que esta forma musical es del siglo XIX, y no existía en la época en que transcurre la acción.

[Si se desea, se pueden ver un fragmento de esta ópera ‘pinchando’ en: http://aam.blogcindario.com/2009/01/01622-r-strauss-presentacion-de-la-rosa-de-el-caballero-de-la-rosa.html]

El plato fuerte de la cita musical fue el encuentro con la pianista Eulàlia Solé. Y se puede adelantar que su interpretación estuvo magnífica y prodigiosa.

En este concierto nº 20, Mozart desarrolla aspectos musicales y estéticos que se verán después en el Réquiem y en la ópera Don Giovanni. Tiene tres movimientos Allegro, Romanza y Rondó.

La concertista catalana toca de memoria. Y lo hace con oficio e inspiración: Mozart bien interpretado, con un concordado diálogo entre piano y orquesta. La Solé desgrana con enérgica suavidad y marcando el lugar de lucimiento del piano, marcando el tema e influyendo en el diálogo.

[Se puede escuchar una interpretación de este concierto ‘pinchando’ en: http://www.youtube.com/watch?v=Yly14cxGZ18&feature=related].

Como anecdótico y llamativo, se puede señalar que la pianista realizó descalza su intervención, aunque su larga y amplia falda de franjas horizontales en blanco y negro arrastraba, se pudo observar esta circunstancia. No sé bien por qué fue así. Se podría conjeturar que la causa fuera que olvidó los zapatos, o que le hicieran daño,… Pero he de inclinarme a considerar que fue porque el contacto directo con los pedales, al igual que las manos en el teclado, le suponía una mayor y mejor comunicación con el piano para ofrecer la singularidad de su interpretación.



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