Declina la tarde del sábado.
Lo he intentado varias veces, con la complicidad y guía de mi hijo, que conoce la ciudad.
Por fin está abierta la puerta del templo. Escribo de una andanza en la que el
paseo no es el objetivo, aunque Andújar es interesante como ciudad andaluza
cargada de historia y motivos.
Mis pasos se encaminan a encontrarme con un artístico
cuadro muy representativo.
Aunque no es la
primera vez que estoy en esta ciudad, hay que llevar cuidado no sea el caso de
que un cambio de calle desvíe del objetivo pretendido. Y convengo en que sólo
hay que mantener la vista y la referencia en la torre de la iglesia de santa
María la Mayor, con su color singular y destacado.
Cargado de objetiva
intencionalidad, mi disposición y voluntad es la de encontrarme una vez más,
frente a frente, con la obra de El Greco, “La Oración del Huerto”, que se
conserva y expone en esta iglesia.
La puerta abierta,
abierta, llama e invita a que nada más entrar, en el segundo oratorio-altar de
la izquierda, hoy ya definitivamente conocida como capilla de El Greco, se
contemple y admire la obra de Doménico Theotokópoulos.
El cuadro parece
que se compuso en los últimos años de
la vida del artista, entre 1605 y 1610.
Este tema del
retiro nocturno de Jesucristo para orar, tras la última cena, es uno de los repetidos
de este pintor, que realizó bastantes versiones, probablemente trece.
Y ¿en qué reside la
singularidad del cuadro localizado en Andújar?
La respuesta es que
este es el único lienzo de esta serie realizado en formato vertical. Esta conformación
posibilitó al pintor incorporar novedades, y vertebrar la distribución de la
escena en dos partes. En la superior, se ubican Cristo y un ángel.
Se muestran en la parte
inferior a los apóstoles (Pedro, Juan y Santiago el mayor) que duermen y desatienden,
aunque El Greco los sitúa como un intuitivo cimiento de lo medular, que ocurre arriba.
En la derecha
asoman, aun lejanos pero con fuerza y decisión, Judas y los enviados para
apresar a Jesucristo.
La escena
transcurre de noche, y se ilumina con un haz de luz desde lo alto y por la
izquierda, orientado a los actores esenciales y al momento de aceptación del encargo
que trae el ángel, recibido por la actitud respetuosa y humilde, con la simbólica
aceptación del cáliz que le ofrece el ángel. Jesús muestra su sufrimiento ante
la Pasión que se advierte con la llegada del grupo que se acerca audaz y resuelto.
Y como corresponde
a las figuras de El Greco, serenidad en los rostros, formas retorcidas, luz
señalada,… Pero no hay dolor.
Una vez más, he
cumplido con el rito de visitar esta obra, aunque haya sido deprisa.
A la posible
pregunta de que, si hay oportunidad y tiempo, ¿merece ser visto este cuadro de “La Oración del Huerto”, de El Greco?
Vengo en responder: “Sí”.
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