Es nueve de marzo y Valeria celebra su cumpleaños.
El tiempo, que pasa.
Es, una vez más, la confirmación
de que somos tiempo. Estamos fundados en el tiempo, y lo contamos, según los
hechos, con diferentes magnitudes y señales. En lo cíclico, (ha pasado un año,
han pasado 7 años), caminamos en un solo sentido: del pasado hacia el futuro.
La línea de dirección única, lo que se cuenta como
vivido, no importa. Una de las virtudes de los humanos es la vivencia,
en la que sentimos el tiempo según nos va, rápido o lento, a distinta velocidad
en el deseo, el agrado, el optimismo, la inquietud, la ilusión y la esperanza.
Corresponde mostrar las paradojas del tiempo: el paso incesante por la realidad
y su narración, contarlo lo establece como garantía.
El que suma este año es el 7, (vaya, un número
cabalístico).
No hay interpretaciones, sino sólo coincidencias;
(¿para qué buscar supuestos ocultos?) en las que se menciona que el número siete
es la perfección, ya que en el día séptimo se completó la Creación, según la
Biblia; de siete días están hechas las semanas y cada fase lunar. Y en afirmar
que a los siete años se admite y comprenden las ideas, lo abstracto y las
obligaciones.
Lo que concretamente importa y emociona es el momento
de estos 7 años de Valeria.
Su tiempo se sitúa en la etapa del pensamiento lógico y
de las operaciones concretas: clasifica y relaciona, crea con pensamiento
constructivo. Ha crecido y se ha desarrollado física y mentalmente: es
cierto que es ya una chica alta y fuerte, a la vez, también es cierto, que es
intelectualmente despierta, animada por el conocimiento y motivada por
aprender.
Demuestra movimiento
armónico, con sentido musical y del ritmo. Y mantiene un excelente equilibrio
cuando se desplaza sobre patines. Su cuerpo se renueva, y es una niña preciosa, agraciada
y agradable, en concordancia y simetría con lo que
le amolda la edad. Sirvan como ejemplo. Y que está reemplazando los dientes.
Sin desatender a
otras manifestaciones que ven quienes le rodean: su sonrisa y simpatía
personal, la ironía, con sentido y práctica de ser amiga de sus amigas.
Su mente se amplía
y lo expresa en las cada vez más maduras actitudes, en la satisfacción por
entender lo que significan palabras y expresiones, (en dos idiomas), orales y
escritas, entendiendo lo que relatan y mueve su atención más absoluta, intuye
que el mundo existe y se construye a través de las palabras.
También su
atracción por las operaciones matemáticas y por las figuras geométricas.
Y el interés
pictórico y destreza en la combinación de colores y técnicas.
Es decir: una niña
normal con estilo inteligente, (por no presumir). Entre otras cualidades
efectivas, cuenta con la singularidad de que es mi nieta y se nota claramente
que la quiero, con orgullo de abuelo.
Lo aquí anotado
habla de lo que veo en ella y me gusta. Matiza puntos de vista y de su propia
opinión ante hechos y cosas.
No puede ser una
evaluación ni siquiera una descripción, de su tiempo en este ciclo ni por
celebrar el cumpleaños, (aunque lo aprovecho para decirlo).
Es, simplemente, el
reflejo del agrado y gracia que me promueve mi nieta Valeria. Y del entusiasmo
por sus manifestaciones.
Le aguarda su
proyecto de vida, con muchos y buenos momentos, que deberá recorrer con
esfuerzo y alcanzará con satisfacción.
Sin duda, seguro
que lo consigue.
Ahora,
lo que toca: ¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!
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