lunes, 9 de marzo de 2015

Valeria, mi nieta, cumple 7 años.


Es nueve de marzo y Valeria celebra su cumpleaños.

El tiempo, que pasa. 
Es, una vez más, la confirmación de que somos tiempo. Estamos fundados en el tiempo, y lo contamos, según los hechos, con diferentes magnitudes y señales. En lo cíclico, (ha pasado un año, han pasado 7 años), caminamos en un solo sentido: del pasado hacia el futuro.
La línea de dirección única, lo que se cuenta como vivido, no importa. Una de las virtudes de los humanos es la vivencia, en la que sentimos el tiempo según nos va, rápido o lento, a distinta velocidad en el deseo, el agrado, el optimismo, la inquietud, la ilusión y la esperanza. Corresponde mostrar las paradojas del tiempo: el paso incesante por la realidad y su narración, contarlo lo establece como garantía.

El que suma este año es el 7, (vaya, un número cabalístico).
No hay interpretaciones, sino sólo coincidencias; (¿para qué buscar supuestos ocultos?) en las que se menciona que el número siete es la perfección, ya que en el día séptimo se completó la Creación, según la Biblia; de siete días están hechas las semanas y cada fase lunar. Y en afirmar que a los siete años se admite y comprenden las ideas, lo abstracto y las obligaciones.

Lo que concretamente importa y emociona es el momento de estos 7 años de Valeria.
Su tiempo se sitúa en la etapa del pensamiento lógico y de las operaciones concretas: clasifica y relaciona, crea con pensamiento constructivo. Ha crecido y se ha desarrollado física y mentalmente: es cierto que es ya una chica alta y fuerte, a la vez, también es cierto, que es intelectualmente despierta, animada por el conocimiento y motivada por aprender.


Demuestra movimiento armónico, con sentido musical y del ritmo. Y mantiene un excelente equilibrio cuando se desplaza sobre patines. Su cuerpo se renueva, y es una niña preciosa, agraciada y agradable, en concordancia  y simetría con lo que le amolda la edad. Sirvan como ejemplo. Y que está reemplazando los dientes.


Sin desatender a otras manifestaciones que ven quienes le rodean: su sonrisa y simpatía personal, la ironía, con  sentido y práctica de ser amiga de sus amigas.

Su mente se amplía y lo expresa en las cada vez más maduras actitudes, en la satisfacción por entender lo que significan palabras y expresiones, (en dos idiomas), orales y escritas, entendiendo lo que relatan y mueve su atención más absoluta, intuye que el mundo existe y se construye a través de las palabras.
También su atracción por las operaciones matemáticas y por las figuras geométricas.
Y el interés pictórico y destreza en la combinación de colores y técnicas.



Es decir: una niña normal con estilo inteligente, (por no presumir). Entre otras cualidades efectivas, cuenta con la singularidad de que es mi nieta y se nota claramente que la quiero, con orgullo de abuelo. 
Lo aquí anotado habla de lo que veo en ella y me gusta. Matiza puntos de vista y de su propia opinión ante hechos y cosas.

No puede ser una evaluación ni siquiera una descripción, de su tiempo en este ciclo ni por celebrar el cumpleaños, (aunque lo aprovecho para decirlo).
Es, simplemente, el reflejo del agrado y gracia que me promueve mi nieta Valeria. Y del entusiasmo por sus manifestaciones.
Le aguarda su proyecto de vida, con muchos y buenos momentos, que deberá recorrer con esfuerzo y alcanzará con satisfacción.
Sin duda, seguro que lo consigue.

Ahora, lo que toca: ¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!

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